Los Cabos, B.C.- Agradecido por la oportunidad de que el Baja International Film Festival pusiera el ojo en él como una de las personas que hacen cine en México, el actor mexicano Gael García recibió un Homenaje en la segunda jornada del BIFF, que se lleva a cabo en la ciudad de Los Cabos, Baja California, del 13 al 16 de noviembre.
El protagonista de filmes como Amores perros (2000) expresó que desde que empezó a trabajar en el cine halló un universo en el que podía manifestarse libremente, y que esta práctica de hacer películas también significó romper con esquemas industriales que antes no permitían el desarrollo de la cinematografía nacional.
Dijo que como él hay personas de otras generaciones que vienen haciendo películas desde otros esquemas, “por ejemplo Alfonso (Cuarón), el Gordo (Del Toro) y el Negro (González Iñárritu), que son personas que crecieron en un estado del cine, digamos, universal en el que les fue imposible seguir haciendo sus películas acá”.
Señaló que tuvo la suerte de coincidir en una era con personas con quienes empezó a hacer películas sin pedir permiso, como Carlos Reygadas: “un ejemplo clarísimo de alguien que empezó a hacer el cine que quería y que es ahora uno de los directores más importantes del mundo”.
Gael García comentó que para él y los muchos otros involucrados en la producción de cine nacional es necesario contar con condiciones favorables, y que merced a una distinta realidad de nuevas tecnologías, modelos de producción y toda la gente que está yendo a ver películas en México y el resto del mundo, “ya las excusas del por qué la película no se hace o quedó mal son menos. La responsabilidad es de uno. Cada vez se están eliminando estas excusas”.
No obstante dejó en claro que es fundamental seguir contando con una política cultural favorable para producir cine. “Necesitamos el impulso desde el Estado para poder hacer estas expresiones libres. Los resultados están ahí, hacemos películas que viajan por todas partes del mundo”, aseguró.
El también productor y director insistió en que es importante contar con una política cultural para poder hacer cine en todas partes del país. “Porque ya no se trata de hacer cine en el DF sino en todas partes”.
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El protagonista de filmes como Amores perros (2000) expresó que desde que empezó a trabajar en el cine halló un universo en el que podía manifestarse libremente, y que esta práctica de hacer películas también significó romper con esquemas industriales que antes no permitían el desarrollo de la cinematografía nacional.
