Hay en la literatura de Carlos Fuentes el ánimo de un autor que buscó siempre darle a la ciudad de México una dimensión distinta a la que acostumbramos, señaló Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, antes de dar inicio la mesa El universo de Carlos Fuentes.
Reunidos en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, participaron en este acto, a un año del fallecimiento de Carlos Fuentes (Panamá, Panamá, 11 de noviembre, 1928- Ciudad de México, 15 de mayo, 2012) Hernán Lara Zavala, Gonzalo Celorio, Juan Ramón de la Fuente, Héctor Aguilar Camín, Federico Reyes Heroles y Vicente Quirarte. Como invitada especial, acudió Silvia Lemus, viuda del autor.
El presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, destacó que el escritor homenajeado fue un hombre que amaba a su país, México, "por lo que a un año de su muerte, nos hará falta su inteligencia, su visión del mundo, esa cualidad aparentemente sencilla, pero tan difícil saber encontrar a Dios y al diablo en todos los detalles".
Recordó que alguna vez Ricardo Lagos escribió sobre Fuentes: en su literatura construida con fluida y natural elegancia, muestra de profunda inteligencia. Tovar y de Teresa confesó que guarda muy gratos recuerdos de una larga relación con Fuentes, como el hecho de que veía a la ciudad de México con una profunda y aguda mirada, a la cual tuvo la necesidad de transformar para poder comprenderla, por ello, su vasta obra se prolongó hasta el siglo XXI y es una referencia literaria vital.
El presidente del Conaculta mencionó que “en Fuentes, el humor fue una manifestación de alta cultura en la memoria colectiva, así como su particular forma de ver al mundo, elementos que hacen que su obra sea monumental y entrañable”.
El escritor Hernán Lara Zavala realizó un breve recuento histórico del surgimiento de la generación del boom, que en América Latina renovó el contenido y propuesta de la novela, que los europeos y estadounidenses ya habían dado por muerta. La conformaron, principalmente, Gabriel García Márquez, de Colombia; Julio Cortázar, de Argentina; Mario Vargas Llosa, de Perú y Carlos Fuentes, México.
Harnán Lara Zavala subrayó que “tuvieron coincidencias ideológicas al principio de sus propias carreras literarias, pues buscaron mejores condiciones de vida para los pueblos en América Latina, pero con los años sus posturas políticas se fueron distanciando”.
“Lo cierto es que políticamente hablando, de los cuatro grandes del boom, Fuentes resultó ser el más equilibrado, el más objetivo y equilibrado, sin perder nunca la conciencia crítica, pues en este campo su postura no cambió mucho a lo largo de los años, pues supo mantener su carácter enérgico, fuerte y una actitud objetiva frente a las cambiantes condiciones del mundo, con una visión progresista. En la enorme capilla de su literatura se reúnen el pasado, presente y futuro de nuestra historia como país, un tema que lo obsesionó hasta sus últimos días, se despliegan a lo largo de sus textos. Ahora, a un año de su partida, sus obras nos esperan para ponernos al día sobre los temas que él abordó”.
El ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, resaltó en su intervención que Carlos Fuentes imaginó a México, en una versión que no se corresponde con la realidad objetiva, pues no se le puede pedir a nadie que haga una sólo versión ortodoxa de este espectro urbano; “pero en el caso del escritor al que hoy recordamos, su visión está llena de una imaginación privilegiada”.
“Por eso sobrevive –agregó Juan Ramón de la Fuente– al paso del tiempo, forma parte de nuestra memoria como pueblo, como ocurre con las verdaderas obras de arte; Fuentes elogiaba o criticaba a placar con la fuerza de su convicción y con la agudeza de su inteligencia, con la capacidad de expresar a través del lenguaje lo más sutil y lo más burdo, lo inaudito y lo predecible; su actitud crítica nos deja certeza de que es posible lograr un mundo mejor, pues nunca dejó de perder la fe en un orden internacional basado en el respeto y la cooperación, que es posible alcanzar mediante la democracia, y la cultura. Tal es el México que Fuentes nos dejó, pues todos tenemos un poco de sus personajes, compartimos su proyecto generador de utopías”.
Gonzalo Celorio, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y escritor, resaltó que Carlos Fuentes “tuvo la cortesía y el privilegio de nunca envejecer, al mismo tiempo de ir desarrollando su amplia producción literaria. Nos quedan sus libros y su pensamiento, los frutos de su capacidad crítica, la conciencia influida por el mismo de quiénes somos y por qué somos como somos.
“Es decir, el reconocimiento de nuestra identidad en cuya búsqueda ya no tenemos que romper ninguna lanza, pues gracias a él podemos ir por el mundo sin necesidad de presentar ningún pasaporte cultural identitario. La literatura universal se quedará con muchos títulos de Fuentes, con la polifonía urbana y estamental de La región más transparente, por dar un solo ejemplo, pero también está su capacidad de mantenerse joven hasta sus últimos días, llena de imaginación y dueño de sus capacidades literarias”, refirió Gonzalo Celorio.
Una mirada a su vida cotidiana
En la Sala de Exposiciones Temporales del Palacio de Bellas Artes se inauguró como parte de este homenaje, la muestra Carlos Fuentes. Él mismo, la cual reúne imágenes de la vida cotidiana del escritor, y que fue inaugurada por su viuda, Silvia Lemus; el presidente del Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, y el curador de la muestra, el diseñador y amigo de Carlos Fuentes, Vicente Rojo.Silvia Lemus recordó que Carlos Fuentes “me platicaba que él caminaba diario desde su casa hasta la Facultad de Derecho, que estaba en el centro y que era donde él estudiaba. En su camino, pasaba por el Palacio de Bellas Artes, el Zócalo capitalino, hasta llegar a la Facultad; el camino de regreso era igual. Nunca imaginó que ese Palacio que él admiraba en sus años de estudiante, años después lo recibiría como lo hizo, primero con el homenaje hace un año y ahora con esta exposición fotográfica, que ha sido posible gracias a su amigo y maestro de Fuentes, Vicente Rojo, y a Rafael Tovar y de Teresa. Estamos felices de este reconocimiento, sus amigos y familiares”.