Ciudadania Express
Lunes 29 de julio, 2013. 09:38 am

Colegio Nacional: 70 años de enriquecer la cultura de México

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Oaxaca, México.- En el decreto emitido por Manuel Ávila Camacho, el 8 de abril de 1943, se considera que uno de los procedimientos más eficaces para afirmar la unidad nacional mexicana consiste en enriquecer y ampliar la cultura del pueblo mexicano, lo que se consigue, entre otras formas, agrupando en un colegio a los más destacados valores en la filosofía, la ciencia y las artes. conalEl 15 de mayo de 2013 El Colegio Nacional cumplió 70 años de su fundación. Constituido como una institución de rango cultural, científico, filosófico y literario, tuvo como miembros fundadores al novelista Mariano Azuela; el arqueólogo Alfonso Caso; el filósofo Antonio Caso; el músico Carlos Chávez; los educadores José Vasconcelos, Ezequiel A. Chávez; el cardiólogo Ignacio Chávez; el poeta Enrique González Martínez; el biólogo Isaac Ochoterena; el geólogo Ezequiel Ordóñez; los pintores José Clemente Orozco, Diego Rivera; al humanista Alfonso Reyes; al físico Manuel Sandoval Vallarta; y al oftalmólogo Manuel Uribe Troncoso. “Reunir a los hombres más destacados de mi patria es un acto de unidad que al propio tiempo dimana optimismo en medio de las tinieblas. […] Existen hombres superiores a quienes México tiene gratitud por lo que a México han dado y por lo que han hecho por México; parece que el reunir a estos hombres ha sido obra de un milagro. El Colegio Nacional, su obra, no podrá medirse desde ahora, por la modestia con que nace, pero se le apreciará a distancia, en la perspectiva”, expresó el periodista Alejandro Gómez Arias en el discurso inaugural. “El Colegio Nacional –prosiguió el orador cuya trayectoria le hizo también ser parte del proyecto– sobrevivirá porque no es un grupo cerrado de hombres, sino hombres que han dado ya mucho al país y por los que el país siente honda gratitud. Ciertamente que es el Estado quien los ha seleccionado, quien los ha elegido, pero el país los tenía ya catalogados; su designación, pues, no ha sido sino la llana ejecución de un mandato de la conciencia pública”. En 1943, año en el que aún persistía la Segunda Guerra Mundial, el mismo día que El Colegio Nacional fue inaugurado, el general Jürgen Stroop informaba a Adolf Hitler que el gueto de Varsovia dejó de existir. En México, aquel año, fueron creados el Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación (SNTE) y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP). En el ámbito educativo Eugenio Garza Sada y un grupo de empresarios mexicanos fundaron el Tecnológico de Monterrey; en el ámbito social fueron inaugurados el Hospital Infantil y el Instituto Nacional de Cardiología, y en la literatura salió a la luz la novela El luto humano, de José Revueltas. El historiador Miguel León-Portilla, señala en la introducción del libro Los fundadores de El Colegio Nacional vistos por sus colegas que en aquellos  años de guerra y de unificación institucional interna después de las contiendas de la Revolución Mexicana no parecía fácil la fundación de El Colegio Nacional ni se podía prever el desarrollo que tendría a lo largo de los años.

Creación

El doctor Adolfo Martínez Palomo, presidente en turno al celebrarse los 50 años de la fundación en El Colegio Nacional el 14 de abril de 1993, en su discurso se cuestionó: ¿Cómo nació esta institución y cuáles fueron los propósitos con que se creó? En una reproducción de su discurso publicado en el libro conmemorativo El Colegio Nacional 60 años: 1943-2003, se lee que el científico se refirió a testimonios sobre a quién debe atribuirse la idea del Colegio y las características con las que se fundaría. “Aquí en El Colegio Nacional, que tanto le debe en su creación y en inspiraciones constantes, sea Antonio Caso el ser difusor y orientador”. Expuso que la confirmación de tales testimonios lo ofrece el texto de un telegrama enviado por Octavio Véjar, entonces secretario de Educación Pública, en ocasión de la partida de Antonio Caso. “Siento una gran pena por la muerte del doctor Antonio Caso, ilustre miembro de ese Colegio Nacional, creado por sugestión del maestro. 7 de marzo de 1946”. Silvio Zavala en el prefacio de Los fundadores de El Colegio Nacional vistos por sus colegas explica que el filósofo y universitario Don Antonio Caso, inspirándose en el Collège de France logró, con el apoyo de las correspondientes autoridades y de otros científicos y humanistas, colegas suyos; la creación de El Colegio, centro autónomo, en consonancia con su lema “Libertad por el saber”. Explica Miguel León-Portilla, en el texto referido, que la excelencia y pluralidad de vocaciones parecen haber sido los criterios fundamentales que guiaron al gobierno de México al constituir el grupo de los miembros fundadores de El Colegio Nacional. “Había entre ellos cultivadores de la filosofía y la educación; de las ciencias matemáticas y naturales; de la medicina que siempre ocupó lugar distinguido en el panorama de los estudios en nuestro país; de las letras en prosa y en verso; de la arqueología y las artes plásticas y musicales. […] Gozaban además de reputación y premios internacionales”. En el  texto se lee que la tarea encomendada a los miembros fue la de impartir enseñanzas en las materias de su especialidad poniéndolas al alcance de todos los oyentes, gratuitamente, sin exigirles requisito alguno para asistir a los cursos, ni concederles certificados o títulos. “En el ejemplo y en la obra de sus fundadores hubo grandeza, entrega generosa a las misiones superiores de la cultura y transmisión de valores que forman parte esencial el patrimonio de los mexicanos”. Decreto Presidencial y modificaciones

De acuerdo con el segundo artículo segundo transitorio, del decreto presidencial de creación del Colegio Nacional del 8 de abril de 1943, el licenciado Octavio Véjar Vázquez, designó a 15 mexicanos como miembros fundadores, quienes paulatinamente designaron a cinco faltantes hasta completar 20, previsto en el artículo 5. El propósito general de El Colegio Nacional será impartir, por hombres eminentes, enseñanzas que representen la sabiduría de la época, esforzándose por que el conocimiento especializado de cada una de las cátedras concurra, fundamentalmente, a fortalecer la conciencia de la nación, perpetuada en generaciones sucesivas de personas relevantes por su ciencia y virtudes, señala el decreto. El lema del Colegio será “Libertad por el Saber”, dice el documento publicado en el Diario Oficial de la Federación, y se  usará como distintivo un escudo formado por un águila en actitud de arrancar el vuelo, símbolo de la libertad del pensamiento, sobre un sol de fuego, representación de la luz de la sabiduría, el cual fue diseñado por José Clemente Orozco. Años después, en 1971, Luis Echeverría Álvarez emitió un decreto de ampliación en el cual se aumentaba a 40 el número de miembros de El Colegio Nacional. Se daba la opción a los miembros de cumplir con sus obligaciones de divulgación fuera de la Ciudad de México y se establecía que, para aquellos que fuesen mayores de 70 años, dichas actividades no serían obligatorias, sino potestativas. También se admitía como miembros a quienes fuesen mexicanos por naturalización, con la condición de que tuvieran al menos 10 años de haber adquirido la nacionalidad. En 1995 el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León modificó el artículo primero del decreto de ampliación de 1971, para permitir que mexicanos por naturalización pudieran integrarse a El Colegio Nacional sin importar la fecha en la que hubieren efectuado su cambio de nacionalidad. El doctor Adolfo Martínez Palomo, presidente en turno del Colegio Nacional, el 14 de abril de 1993, año en el que se celebraron 50 años de ser fundado, dijo que la institución fue creada en 1943 para vigorizar la conciencia y la unidad nacionales al reunir a representantes de la vida intelectual mexicana que expresaran en las aulas, con absoluta libertad, sus ideas, el resultado de sus investigaciones o de su creación artística. “A lo largo de su historia ha conservado el saber del pasado, ha discutido el conocimiento del presente y ¿por qué no?, ha analizado la planeación racional del futuro”, expuso ante el presidente, en aquel año, Carlos Salinas de Gortari.

Sus miembros

Entre los años 1943 a 1968 ingresaron los desaparecidos Ignacio González Guzmán (1898-1972), Manuel Toussaint Ritter (1890-1955), Arturo Rosenblueth Stearns (1900-1970), Antonio Castro Leal (1896-1981), Jesús Silva Herzong (1892- 1985), Gerardo Murillo Cornado (Dr. Atl) (1875-1964), renunció el 7 de mayo de 1951; Daniel Cosío Villegas (1898-1976), Samuel Ramos Magaña (1897-1959), Agustín Yáñez Delgadillo (1904-1980), Jaime Torres Bodet (1902-1974), Guillermo Haro Barraza (1913-1988), Manuel Martínez Báez (1894-1987), Eduardo García Máynez (1908-1993), José Ádem Chaín (1921-1991), José Villagrán García (1901-1982), Víctor Luis Urquidi Bingham (1919-2004), renunció el 1 de enero de 1968;  Antonio Gómez Robledo (1908-1994), y Octavio Paz Lozano (1914-1998). De 1971 a 2011 ingresaron los también fallecidos Ignacio Bernal (1910-1992), Rubén Bonifaz Nuño (1923- 2013), Antonio Carrillo Flores (1909-1986), Ramón de la Fuente (1921-2006), Carlos Fuentes (1928-2012), Alfonso García Robles (1911-1991), Marcos Moshinsky (1921-2009), Jesús Romo (1922-1977), Emilio Rosenblueth (1926-1994), Fernando Salmerón (1925-1997), Carlos Casas Campillo (1916-1994), Jaime García Terrés (1924-1996), Bernardo Sepúlveda (1912-1985), Leopoldo García-Colín Scherer (1930-2012), Luis González y González (1925-2003), Salvador Elizondo Alcalde (1932-2006), Antonio Alatorre Chávez (1922-2010), Gustavo Cabrera Acevedo (1932-2002), Marcos Mazari (1925-2013), Eduardo Mota (1942-1995), Beatriz Ramírez de la Fuente (1929-2005), Rufino Tamayo (1899-1991), Donato Alarcón Segovia (1935-2004) y Alejandro Rossi (1932-2009). Actualmente El Colegio Nacional cuenta con 34 miembros: Julián Ádem Chahín, Francisco Bolívar Zapata, Héctor Fix-Zamudio, Samuel Gitler, Teodoro González de León, Eusebio Juaristi, Enrique Krauze, Jesús Kumate Rodríguez, Luis Fernando Lara, Mario Lavista, Miguel León-Portilla, Linda María Manzanilla Naim, Adolfo Martínez Palomo, Eduardo Matos Moctezuma, María Elena Medina-Mora, Mario Molina, Octavio Novaro Peñalosa, José Emilio Pacheco, Fernando del Paso, Manuel Peimbert Sierra, Ruy Pérez Tamayo, Arcadio Poveda Ricalde, Luis Felipe Rodríguez Jorge, Vicente Rojo, Ranulfo Romo, Pablo Rudomin, José Sarukhán, Guillermo Soberón Acevedo, Leopoldo Solís Manjarrez, Diego Valadés, Luis Villoro, Ramón Xirau, Gabriel Zaid y Silvio Zavala. A la fecha han pertenecido a la institución 91 intelectuales y artistas. Cuenta con seis vacantes que dejaron el filósofo Alejandro Rossi (1932-2009), el lingüista Antonio Alatorre (1922-2010), el novelista y ensayista Carlos Fuentes (1928-2012), Leopoldo García-Colín (1930-2012), el ingeniero Marcos Mazari (1925-2013) y el poeta Rubén Bonifaz Nuño (1923-2013).

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