Ciudadania Express
Sábado 09 de febrero, 2013. 04:11 pm

En documental, retratan sueños de niños surfistas de Oaxaca

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Oaxaca, México.- Rodeado de aguas cristalinas y hogar de al menos 150 especies de flora y fauna, Chacahua, en la Costa Chica oaxaqueña, es el escenario del documental Vestigios del paraíso, el cual —a través de la mirada de niños de la comunidad— proyecta señales de las esperanzas y las amenazas que se ciernen sobre uno de los edenes de México. La producción del largometraje, dirigido por el joven realizador Antonio Hernández Martínez, estuvo a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y el Colectivo Detona. En 2012, este proyecto fílmico obtuvo el apoyo para su rodaje a través del concurso de cine Miradas sin tiempo, convocado por el INAH y el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine). A un año de distancia, Vestigios del paraíso tuvo una favorable recepción en su estreno en la Cineteca Nacional, los pasados 7 y 8 de febrero, como parte de Sumario, ciclo de documental contemporáneo mexicano, que se prevé recorra algunos estados de la República en los próximos meses. En entrevista, Antonio Hernández detalló que las historias detrás de Vestigios del paraíso, surgieron hace siete años, cuando junto con su amigo y colega Óscar Pichardo, comenzó a visitar las lagunas de Chacahua, un destino considerado por muchos como “hippie”. Al paso de varias vacaciones, la relación con gente del lugar se fue estrechando y comenzaron a percatarse de las realidades aparte que existen en Chacahua, “historias que entrañan conflictos sociales y que muchas veces como turista no te das cuenta de ellas, hasta que decides dejar la hamaca y de tomar el sol”. Con esa perspectiva, es que los integrantes del Colectivo Detona, un grupo de realizadores de cine documental, decidió presentar la carpeta del entonces proyecto fílmico al concurso Miradas sin tiempo, dentro de la temática “El africanismo o negritud en México”, ya que los tres niños protagonistas del documental y sus familias, son negros mestizos, aunque en la isla conviven también mixtecos y blancos. El sueño de estos infantes, como el de muchos otros en Chacahua, es el de convertirse en “surfistas”, aunque también aspiran a ser abogados para rescatar a personas injustamente encarceladas o ser ingenieros y construir carreteras. Sus tardes e incluso mañanas —pues algunos aprovechan para irse de “pinta” al mar— transcurren “toreando” olas de dos, tres metros. De ahí el pretexto de Vestigios del paraíso, añadió Antonio Hernández, ya que registra la preparación que hacen estos pequeños toreros de las olas, para participar en un certamen en Puerto Escondido, el cual se realizó a finales de abril de 2012. Para ellos, “representaba una oportunidad de salir de la isla. Muchos de ellos no habían salido de ahí, pese a que Puerto Escondido está a una hora de distancia. Y aunque no se puede contar el final, lo cierto es que ese viaje también los enfrentó a otra realidad, a un choque cultural con otros niños que tienen otras costumbres y educación”. En ese lapso de preparación de los surfistas, el espectador también observa la riqueza de Chacahua, las playas (que son santuario de desove de las tortugas), iguanas y cocodrilos asoleándose, lagunas que proveen de huachinango, cazón, robalo…, pero también se interna en la problemática de la comunidad que conlleva la emigración por falta de fuentes de empleo, padres ausentes por los vicios, una educación deficiente y también, el dilema moral respecto al cuidado del ambiente. “Nuestra intención con este documental no es juzgar, ni poner como víctimas a nadie, sino dignificar estas culturas y de alguna forma retratar los conflictos sociales que existen. Vidas que transcurren aparentemente inmersas en pobreza material, pero también hay una riqueza natural inimaginable”, expresó Antonio Hernández. Aunque el joven realizador parafrasea al documentalista Robert Kramer, quien alguna vez dijo que la diferencia entre una película de corte documental y una de ficción es el dinero, agradeció el apoyo del INAH y el Imcine, pues el monto del premio (300 mil pesos) permitió la filmación de Vestigios del paraíso. Este documental es el segundo largometraje del Colectivo Detona. El primero de ellos fue Tesis laboral, un ensayo visual que cuestiona el sistema obrero en el país, a partir de la exploración antropológica en cuatro fábricas; actualmente está en fase de post-producción Senderos, que aborda los caminos del catolicismo a través de las peregrinaciones. Además del ciclo Sumario de la Cineteca Nacional, el colectivo espera exhibir Vestigios del paraíso en otros festivales cinematográficos, así como en televisoras públicas. Para mayor información, consultar: http://detona.org/vestigios-del-paraiso/ colectivodetona.blogspot.mx
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