Oaxaca, México.- Dentro del Coloquio Yo Lo vi Miradas sobre la violencia en el arte, este viernes a las 17:00 horas en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, (IAGO), inicia la primera mesa con el título Los Desastres de la Guerra
El Dr. José Luis Pérez Flores con el tema La imagn bélica en los murales de Ixmiquilpan y los códices indígenas cristianos, analizará la estructura compositiva del grutesco monumental de la iglesia de San Miguel Arcángel de Ixmiquilpan, el cual compara con imágenes del
Lienzo de Tlaxcala y el
Códice Florentino, elaboradas por indígenas cristianizados.
Su tesis demuestra que existen constantes compositivas, cuyo estudio es pertinente para la explicación de los procesos de circulación de imágenes, la construcción de una cultura visual bélica mestiza y los imaginarios indígenas cristianos asociados con la guerra.
Pérez apunta que en el friso monumental de la Iglesia de Ixmiquilpan y en los códices del siglo XVI novohispano, las escenas bélicas evocan a la antigüedad indígena; motivo por el cual una buena parte de los investigadores han dedicado sus esfuerzos a encontrar su antecedentes prehispánicos, asumiendo que existe una fuerte influencia del arte mesoamericano.
Sin embargo, el Dr. Pérez a través de años de investigación ha demostrado que tanto en Ixmiquilpan como en los códices del siglo XVI novohispano los artistas nativos utilizaron fórmulas comunes entre las tradiciones visuales de ambos lados del océano; por ejemplo, desde el Preclásico medio hasta el Posclásico tardío mesoamericano la victoria se indicaba con un personaje capturando a otro por los cabellos; no obstante, este tipo de escenas también eran de uso frecuente en el arte religioso y profano del arte de Europa occidental.
Una escena muy reiterada en el arte de los conquistadores, consistía en representar a un personaje derrotado a los pies de un guerrero victorioso montado sobre un caballo que se sostiene únicamente sobre los cuartos traseros; los artistas indígenas no sólo se apropiaron de esta fórmula, la modificaron de acuerdo con sus necesidades expresivas y significativas, al punto que la asimilación y transformación de los lenguajes visuales que impusieron los españoles, hizo posible el surgimiento de un arte mestizo, indígena y cristiano en el que convergen discursos religiosos y políticos.