Oaxaca, México.- Este lunes las comunidades de San Miguel Yotao y Capulálpam de Méndez, ubicadas en la Sierra Juárez del estado de Oaxaca, pondrán en marcha la segunda etapa del saneamiento forestal en la zona donde mantienen un conflicto agrario. Esta acción es resultado de la voluntad mostrada por ambas partes para combatir los 16 brotes de plaga que están afectando sus recursos forestales.
Motivados por el deseo de dejar a las futuras generaciones un bosque sano, las asambleas comunitarias de Yotao y Capulálpam dieron su consentimiento para que brigadas de ambas comunidades llevaran a cabo la primera etapa del saneamiento durante el año 2012, por lo que en apego a la Notificación emitida por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), los comuneros realizaron esta labor el pasado mes de mayo.
Debido a que aún falta sanear una superficie de 3.4 hectáreas, a finales del año 2012 estas comunidades pidieron nuevamente el apoyo de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) para elaborar el Informe Técnico Fitosanitario que requiere la SEMARNAT para expedir la Notificación de Saneamiento Forestal del arbolado afectado.
Dicha Notificación establece los lineamientos técnicos para combatir a los insectos descortezadores (
dendroctonus adjunctus) que están afectando 410 árboles de las siguientes especies:
pinus ayacahuite,
pinus rudis y
pinus patula, que se ubican en los parajes: La Canoa; Cerro Pelado; abajo del Cerro Pelado; Las Pavas; nacimiento de Las Pavas; arriba del nacimiento de Las Pavas; Chunaguia; al lado de La Peña; debajo de La Peña; y Morillera.
Una de las características de la especie
dendroctonus adjunctus es que presenta sólo una generación por año, condición que permite planear y ejecutar acciones de saneamiento forestal. En este momento los insectos están en la etapa de larvas de primero y segundo instar, que es cuando se alimentan de los árboles, por ello el método de saneamiento autorizado es el de derribo porque al cortar los árboles plagados estos se deshidratarán, así que las larvas se quedarán sin alimento y morirán.
Cabe señalar que el acuerdo entre la comunidad Capulálpam de Méndez, que representa el Comisariado de Bienes Comunales, Javier García Juárez, y la comunidad San Miguel Yotao, cuyo Comisariado de Bienes Comunales es Josías Hernández Santiago, fue posible por la voluntad de ambas poblaciones y por la intervención de instituciones tanto federales como estatales que participaron en mesas de trabajo, entre las que se encuentran la CONAFOR, la SEMARNAT, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), la Secretaría General de Gobierno del Estado, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura y la Junta de Conciliación Agraria. Un papel importante desempeñó también la Unión de Comunidades de la Sierra Juárez.
“Queremos que exista esa hermandad, a pesar del conflicto agrario queremos mantener el bosque verde, estamos dispuestos a combatir la plaga y en lo posterior a reforestar para que las futuras generaciones reciban el bosque sano”, señaló Josías Hernández Santiago.
“Hay que tener conciencia del daño que se está haciendo porque la plaga no sabe que uno está peleándose o en litigio o confrontándose, pero al final el bosque es el que resiente”, sostuvo Javier García Juárez.
Características de la plaga
Los insectos descortezadores de este género constituyen el grupo de insectos más destructivos de los bosques de pino. Ocasionan la muerte del árbol en un periodo de tiempo relativamente corto y poseen la capacidad de dispersarse e infestar hasta un radio de tres kilómetros a la redonda.
El ataque de esta plaga genera: cambio en la coloración del follaje, así como presencia de grumos de resina sobre y alrededor del árbol. Con ello se generan diversos impactos, destacando la presencia de árboles muertos en pie y tirados que proporcionan mala fisonomía escénica del paisaje natural, así como la reducción de masa forestal, reducción de la calidad de la madera, alteración del hábitat de fauna silvestre, pérdida de nutrimentos por erosión, acumulación de sedimentos en los cuerpos acuíferos así como el aumento de la temperatura e incremento de material combustible y por consiguiente el aumento de riesgo por incendios, lo que conlleva a la degradación de los bosques si no se controla oportunamente.