Ciudadania Express
Martes 15 de octubre, 2013. 03:41 pm

Migran a EU más oaxaqueñas campesinas que de zonas urbanas

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Citlali LÓPEZ/CIMAC Oaxaca, México.-  La marginación y pobreza en que viven las mujeres indígenas y rurales en las comunidades del estado de Oaxaca las obliga a la migración con mayor fuerza que a las mujeres que viven en las ciudades. mujeresmigrantes3Minerva Gómez Martínez es originaria de San Marcos Tlapazola, comunidad rural del municipio de Tlacolula de Matamoros, ubicado a sólo 31 kilómetros de la capital del estado. Ha migrado dos veces a Estados Unidos y la primera vez lo hizo cuando tenía diez años de edad, porque era la única alternativa que encontró para poder sobrevivir. La segunda ocasión, Minerva se fue  porque no encontraba un trabajo que le permitiera solventar los gastos de una familia conformada por seis integrantes. Hace dos años regresó a Tlapazola con sus hijos y esposo. Perdidas las cosechas de maíz y fríjol por la ausencia de lluvias, Minerva nuevamente dejará su tierra natal para jugarse la vida en el intento por cruzar al otro lado. En Oaxaca, la migración de las mujeres rurales significa más del 60 por ciento del total de mujeres oaxaqueñas que migran. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (Inegi) el aporte migratorio femenino, de las localidades de menos de 2 mil 500 habitantes, es del 65 por ciento, mucho mayor que el que representa la población femenina migrante de localidades mayores, quienes representan el 35 por ciento, lo que remarca el origen más rural de la migración, Por lo que se refiere a la situación emigratoria y de retorno, los datos de la muestra censal permiten mencionar que el regreso de los migrantes son eventos menos frecuentes en las localidades de menos de 2 mil 500 habitantes, tanto en hombres como en mujeres, pero sobre todo en el grupo de migrantes mujeres. Mientras que 7.8 por ciento de las mujeres que migran regresan, en los hombres es el 14.5 por ciento, lo que hablaría de una mayor tendencia de las mujeres a permanecer fuera del país. El Inegi agrega que uno de cada cuatro retornos de las migrantes no se realiza a la misma vivienda, cifra ligeramente superior a la de los hombres. A la entrada de Tlapazola, catalogado dentro de las poblaciones con alto grado de marginación, un letrero afirma “3 mil habitantes”, pero en el último censo del Inegi se contabilizaron 969 personas, de las cuales 386 son hombres y 583 mujeres. Las fuentes de ingreso de las mujeres en Tlapazola son el campo, la elaboración de tortillas y artesanías de barro rojo, esta última  a punto de la extinción, porque cada vez son más las mujeres que emigran. El alto grado de marginación de la agencia municipal se refleja en el promedio de escolaridad que es de 3.50 años. La media en el municipio de Tlacolula es de 6.18, en el estado de 5.62. El 72.95 por ciento de las y los pobladores se ubican en el sector Primario, 22.13 por ciento en el sector secundario y el 4.92 por ciento en el terciario. Noemí es una de las mujeres que perdió sus cosechas. Para salir adelante con sus gastos se dedica a la venta de comida. Auxiliada por su hermana, Noemí realiza tortas para los trabajadores de obras en la comunidad. Después de esa actividad, ella se planta frente al comal para preparar tortillas con maíz comprado, porque el de la cosecha sólo sirvió para el alimento de los toros. “Nosotros ahorramos para invertir en la tierra, ni una ropita compramos para poder sembrar, pero esto fue una pérdida, eso nadie nos lo va a regresar”, señaló. Explica que aquellas mujeres que no tienen tierras para el cultivo, se emplean en la siembra y cosecha de conocidos o familiares. Por esta actividad ganan 70 pesos en una jornada de las 6 de la mañana a las 6 de la tarde. En la venta de tortillas las ganancias no son mayores, además de la inversión sólo ganan entre veinte y treinta pesos más. “Todo eso nos hace pensar en migrar pero también pienso y cómo voy a llegar, con qué dinero”, expresa Noemí.
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