Ciudadania Express
Sábado 27 de julio, 2013. 06:47 am

Muestran intervención de conceptos plásticos en las grandes ciudades

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Oaxaca, México.- El concepto de deriva fue acuñado por los integrantes del movimiento surrealista en Francia (André Bretón y Salvador Dalí principalmente) y consistía en interaccionar en un conglomerado de personas con una actitud y aspecto contrarios a la suya, para así cuestionar el sentido estético y las costumbres asumidas como correctas en una sociedad. conceptos Con esta idea, Guillermo Santamarina desarrolló, junto con los curadores del Museo de Arte Contemporáneo Carrillo Gil el contenido de la exposición 8 derivas por la ciudad liminal, la cual presenta obras que fueron adquiridas en vida por el ingeniero Alvar Carrillo Gil, pero que nunca había sido mostrada al público. El coleccionista logró reunir más de mil obras en diversos formatos. En esta ocasión se incluyen obras al óleo, murales, litografías, libros de autor, instalaciones, arte objeto, esculturas y dibujos. La museografía establece un orden predeterminado que las agrupó de la siguiente manera: Desterritorialización, Individuo, Contrautopía, Organismo, Fragmento, Umbrales, Vacante y Ausencias y presencias. Vania Rojas Solis, directora del Museo Carrillo Gil, comentó que se trata de un análisis estético de las formas y construcciones de las ciudades, que critica el desbordamiento y al ineficacia de estos conglomerados modernos, que no son lugares ideales, sino una serie de obras contrapuestas para generar un cuestionamiento sobre su sentido urbano. “Desde luego no hay una referencia a una en particular, sino que la propuesta de los curadores fue la de reunir ejemplos que si bien pertenecen a la colección del Museo Carrillo Gil, los autores abordaron de manera separada, tanto en el espacio como en el tiempo, una serie de reflexiones similares. El otro aspecto destacado es el hecho de que la mayoría de estas obras nunca había mostradas al público, había sido empleadas para alguna investigación pero no para una muestra en particular”. Guillermo Santamarina, para quien 8 derivas por la ciudad liminal representa su primera muestra como curador en jefe de dicho recinto, explicó que el acervo del museo posee piezas muy interesantes en su discurso plástico, por lo que les planteó a sus colegas realizar un ejercicio con ellas para reflexionar sobre la relación de las ciudades con la estética que contienen, generada siempre de manera espontánea. Aclaró que las piezas son adquisiciones antiguas, por decirlo de alguna manera, porque constantemente el Carrillo Gil recibe donaciones de obras, además de que parte de su vocación es la de reunir ejemplos de los más novedosos soportes expresivos, por lo que en esta colección se incluyeron algunas obras en video realizadas durante los años ochenta. “Esto pone por un lado la vocación del coleccionista Alvar Carrillo Gil, así como de una serie de iniciativas originadas desde la sociedad civil en relación con la necesidad de generar y conservar una memoria, además de ampliar en concepto de identidad. Acerca del título de la muestra, nos tomamos la libertad de retomar el concepto de la deriva, que en los primeros años del surrealismo se empezaron a generar. Cabe recordar que los artistas que forjaron este movimiento eran muy raros. “Una manera de comprender a qué se refiere este concepto, es que ellos aprovechaban el impacto que causaba su imagen para provocar al menos cierta inquietud entre quienes los rodeaban, pensemos en el París de los años veinte, para ubicarnos en el significado real de esta referencia; eran 16 personas que iban juntas por la capital francesa, con un aspecto nunca antes visto, que acostumbraban entrar a la Catedral de Notre Dame y eso era una deriva, lo que podía provocar la simple presencia de estos artistas”. De esta manera, la colección en su conjunto genera una serie de contraposiciones que reflexionan sobre la psicogeografía del orden urbano postmoderno, lo cual es entendido a partir de la noción de otro concepto: liminal, el cual es empleado para entender ciertos procesos asociados a la práctica ritual, por ello se emplea con frecuencia en contextos de estudios antropológicos. Ibari Ortega, una de las curadoras del Museo de Arte Contemporáneo Carrillo Gil explicó que esta idea aplicad a la muestra se refiere a la reunión de espacios transitorios, simbólicos o reales, donde tanto los sujetos como los lugares se encuentran en constante transformación. “Se trata de situaciones que permiten un flujo contantes, una porosidad creada entre dos identidades o espacios, lo cual es posible apreciar en cada una de las transiciones propuestas en esta colección, que son como umbrales entre una idea u otra, entre un autor y otro. De ahí el empleo de esta palabra para hacer referencia al contenido de esta exhibición, lo cual le da un sentido de unión y facilita su interpretació
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