Ciudadania Express
Miércoles 02 de octubre, 2013. 11:36 am

Reflexionan sobre el procesos civilizatorio mesoamericano

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Oaxaca, México.-  siglo y medio de que en México comenzaran las reflexiones y los debates para comprender el proceso civilizatorio que, durante la época prehispánica, se dio en su territorio, las teorías de los últimos 30 años llevan a entender a la antigua Mesoamérica como “un permanente conjunto de flujos y movimientos, de colapsos y emergencias”. inahlopezaguilarReflexionó el doctor Fernando López Aguilar al abrir con una conferencia magistral el XVIII Simposio “Román Piña Chan”, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) bajo el tema Territorio e interacción social, que reunirá hasta este miércoles a una veintena de especialistas en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, en el marco de la XXV Feria del Libro de Antropología e Historia (FLAH). Al hacer un recuento de las apuestas de pensamiento sobre los orígenes y los declives de los pueblos prehispánicos, comentó que desde los años 80, arqueólogos, como la doctora Joyce Marcus, proponen la idea de colapsos recurrentes a lo largo de su historia, y no de momentos de apogeo (ubicados hacia el periodo Clásico) y caída marcados, como antes se postulaba en la forma de una campana de Gauss. En ese sentido, refirió que debe hablarse de emergencia y reestructuración de sociedades, algo que “es tan equivalente como tratar de entender la sociedad actual no como un sistema ordenado y que va en una dirección, sino que se está construyendo con flujos e intermitencias”, dijo el investigador del INAH y director del Proyecto Valle del Mezquital. Con la presencia de la antropóloga Beatriz Barba, viuda de Piña Chan, durante la inauguración del encuentro, Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología, hizo un reconocimiento al grupo cultural de estudiantes que en 1996, inspirados en la figura del maestro Román Piña Chan, dio origen a este simposio que se ha caracterizado por su interdisciplinariedad. “Hablar de Piña es hablar de Mesoamérica, y hablar de Mesoamérica es hablar de Piña, no se pueden disociar. ¿Quién no lo ha citado, retomado, admirado, pensado y utilizado como inspiración?”, cuestionó Sánchez Nava al referirse a quien fuera investigador de más 50 sitios y autor de dos centenas de títulos, entre libros y artículos, “uno de los mejores ejemplos del arqueólogo mexicano por antonomasia”. En el simposio, Fernando López Aguilar hizo hincapié en reconocer esta larga tradición de la arqueología mexicana que, con pensadores como Piña Chan, comenzó a reflexionar desde hace más de 150 años alrededor del tema de los apogeos y los colapsos. Retomando estos viejos debates, el arqueólogo señaló que el origen de la civilización mesoamericana no está resuelto todavía. “El origen tendría que estar, quizá, en algún momento pre-olmeca y podríamos pensar la idea que trabajaba Paul Kirchhoff, vinculada con el ‘clan cónico’, regresando con una mirada distinta a estas sociedades organizadas en clanes, donde el crecimiento se da por alianzas matrimoniales y que pudieron ser la base de esta inasible célula original de la estructura llamada calpulli”, abundó el profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Al hablar de la idea de los colapsos, López Aguilar puso como ejemplo el área maya, donde la intensificación del sistema agrícola roza, de tumba y quema, ante un periodo de sequía prolongado fechado hacia el año 1000 d.C., pudo dar al traste con la subsistencia de las sociedades. Ellos, los mayas, “no estaban pensando en la recuperación del paisaje, en el hábitat, estaban pensando en satisfacer mañana a sus dioses, en satisfacer mañana sus niveles de prestigio, y eso borra la imagen de largo plazo. Es una avalancha que se colapsa y es imparable”. El colapso de Teotihuacan En el caso de Teotihuacan, en el área del Altiplano su colapso fue resultado de la incidencia de múltiples causas y factores, dijo en su exposición el arqueólogo Sergio Gómez Chávez. Una de las principales fue la pérdida de los sitios con los cuales Teotihuacan mantenía mayores vínculos, “ya sea por rebelión, desconocimiento de las élites locales de la autoridad del Estado teotihuacano, o debido al aumento de su jerarquía o estatus, quizá por el interés de estos sitios de obtener iguales beneficios o mayor independencia, lo que pudo ocasionar la fragmentación del sistema”. El vacío de poder y el desabasto de alimentos dieron como resultado una grave situación de inseguridad en la gran ciudad, como lo demuestran restos de casetas en barrios como La Ventilla, mediante las cuales se restringía el acceso a las calles como sistema de vigilancia. De esa manera, los edificios públicos fueron incendiados alrededor de 650 d.C., y Teotihuacan se convirtió a partir de ese momento en un lugar mítico, concluyó el investigador.
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