Oaxaca, México.- Con la convicción que encierra la frase: "Lo importante es saber en qué lugar estamos cuando estamos", el cronista de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, Rubén Vasconcelos Beltrán compartió experiencias y relató la historia del Palacio Municipal y del templo de La Soledad al presentar su libro Crónicas. Costumbres, tradiciones e historias.
Ante la presencia de músicos, poetas y promotores de la cultura, así como sociedad en general, el cronista agradeció el apoyo del presidente municipal, Luis Ugartechea Begué y de las instituciones que participaron en la coedición del libro, por brindarle la oportunidad de publicar una más de sus obras.
Crónicas, cuenta la historia de Oaxaca a través de 40 artículos y fue presentado por representantes de la Universidad Santander, la Universidad José Vasconcelos de Oaxaca (Univas), de Carteles Editores y de la revista Oaxaca Profundo en el contexto de la conmemoración del 481 Aniversario del Otorgamiento de Título de Ciudad.
Lizeth Santiago, directora de la revista Oaxaca Profundo dijo que este proyecto surgió durante una plática que mantuvo con el cronista de la Ciudad, quien le compartió la inquietud de que se publicaran los artículos que se divulgaban en la revista de corte cultural, el cual poco a poco fue tomando forma. Dijo que gracias a su tenaz persistencia y al apoyo de diversas instituciones es que ahora el libro es una realidad.
“Crónicas, es un compendio de historias, personajes, vivencias, hechos actuales, remembranzas y mucho más; producto de la constancia del trabajo, intelecto, del talento, pero sobre todo de los sentimientos escondidos del maestro Rubén Vasconcelos Beltrán. En cada uno de estos relatos, para quienes lo conocemos sabemos que deja un poquito de amor por su amada Oaxaca que lo vio nacer y crecer en el tradicional barrio de La Defensa”.
Ante la presencia de Gabriela Vargas Varela, síndica segunda y Luis Javier Valeriano, director de Desarrollo Social, Suhai Suárez Alonso directora de la Universidad Santander dijo que la obra del cronista registra nuestro presente y muestra la realidad de nuestra sociedad de forma fiel, en la que cada frase evoca lugares y situaciones que muchas veces por nuestra cotidianeidad pasa desapercibidos.
“Mientras muchos plasman banalidades, Don Rubén describe nuestro paisaje, mientras muchos velan por sus intereses, él describe las consecuencias de nuestros actos y entre más caminamos de prisa por nuestra ciudad, él describe nuestros pasos y los transcribe en historia”.
Para Carlos Spíndola Pérez Guerrero, rector de la Univas, esta obra le provocó un deleite y dijo que quedó prendado de algunas de las crónicas como la que habla sobre la Casa de la Cultura Oaxaqueña, El Zócalo, los músicos de Oaxaca, entre otros.
“En este libro el público lector encontrará un genuino amor por Oaxaca y por lo que le acontece, por la documentación y por el deseo del no olvido y a pesar de la necesidad del cronista de dar testimonio de un momento del tiempo, es de todo laudable que el tono de las crónicas no es pesimista ni obscuro, lo que es difícil porque existe más de un momento para hacerlo, pero el autor resalta lo otro, lo que todavía tenemos, la capacidad de gozo, admiración y la infinita alegría”.
Claudio Sánchez Islas, miembro de Carteles Editores evocó la labor de los cronistas, como quienes describen las minucias de su tiempo, que con alma de relojeros toman las piezas de la vida cotidiana, las cuales ninguno de nosotros atiende sino con prisa y hartazgo. “Tienen en su memoria docenas de útiles reciclados, llenos de recuerdos bajo la forma de pequeños tornillos que se nos han zafado, con estas piezas y con su innata paciencia, los cronistas nos arman un portento fantástico, que conocemos como la máquina del tiempo”.