Vuelve a cautivar el espectáculo de Donají.. la leyenda
Oaxaca, México.- Cuenta la leyenda que en el valle de Oaxaca, al nacer la princesa zapoteca Donají, Alma Grande, hija del rey Cosijoeza, quien gobernaba Zaachila, un sacerdote de Mitla descifró en el cielo su destino y exclamó: “múltiples virtudes adornan a nuestra princesa, pero el signo de la fatalidad estaba en el cielo cuando ella nació. Este hecho, precursor de funestos sucesos, nos dice que ella misma se sacrificará por amor a su pueblo”.
La escena personificada por Javier Barrita, quien interpreta al sacerdote de Mitla, Tibot, es una de las más representativas de la puesta en escena Donají… La Leyenda que desde hace 31 años organiza el Municipio de Oaxaca de Juárez a través de la Dirección de Turismo en el marco de las fiestas de julio y que en esta, su segunda presentación, adentró a la trama de la historia a los más de 12 mil espectadores que se concentraron en el Auditorio Guelaguetza.
El espectáculo dancístico-teatral de la leyenda de la princesa Donají, que en zapoteco significa Alma Grande y que simboliza el sacrificio de cualquier interés en aras del supremo destino de los pueblos, inició en punto de las 20:30 horas, después de la tercera llamada, con el sonido de caracoles marinos, flautas, teponaztle y huehuetl anunciando la llegada de los guerreros aztecas de Ahuitzol sobre el valle de Oaxaca.
La puesta en escena de la leyenda, joya de la herencia cultural oaxaqueña y símbolo oficial del ayuntamiento capitalino, también fue apreciada por el presidente municipal de Oaxaca de Juárez Luis Ugartechea Begué, la presidenta honoraria del DIF Municipal María de los Ángeles Martínez Arnaud, la Diosa Centéotl representada por Dulce Yanet Grijalva Martínez y los invitados especiales Eduardo Pérez Álvarez y Miguel Hernández Montesino, representantes de la Casa Benemérita de las Américas en la Habana Cuba y Sujan R. Chinoy, embajador de la India en México y Belice.
Donají… La Leyenda es parte de nuestra mitología, lo que nos construye como pueblo, lo que genera romanticismo y nos da identidad como cultura milenaria, expresó el presidente municipal.
La colorida iluminación, los sonidos prehispánicos realizados por Luis Sandi, así como las piezas sinfónicas de Silvestre Revueltas y Pablo Moncayo que acompañaron la coreografía desarrollada por los 80 bailarines del Ballet Folklórico de Oaxaca, cautivaron a las y los espectadores desde el inicio de la trama que contó con las narraciones de Gustavo Pérez Jiménez y el joven locutor Arturo Hernández Santos, así como la caracterización vocal de Gerardo Ruiz Jery y Fabiola Rosales Moreno.
Los jóvenes guerreros, ataviados con taparrabos, mazos, escudos, bandas blancas en la cabeza, adornos de cascabeles en los tobillos y con antorchas en mano, descendieron por los escalones del primer palco a la explanada principal, representando la llegada a Zaachila, sede del poder del rey Cosijoeza, padre de la princesa Donají, quien después de perder la tremenda batalla se vio obligado a firmar un pacto de paz que incluía el matrimonio con Pelaxilla, hija del emperador que gobernaba desde la gran Tenochtitlan.
La escena del matrimonio entre Cosijoeza y Pelaxilla, representada por Gustavo Rodríguez Feria y Brenda Gómez Sánchez, así como el nacimiento de Donají y su funesto presagio, transcurrió de manera rápida para dar pie al encuentro que la princesa zapoteca sostiene ya en su adolescencia con el guerrero mixteco Nucaano, cuyo nombre significa Fuego Grande.
La belleza y personalidad que de acuerdo a la leyenda despertaba Donají fue encarnada por Alicia Martínez Ruiz, quien por segundo año consecutivo representó el personaje central de esta epopeya.
Los movimientos dancísticos firmes y suaves desarrollados por Alicia Martínez y el cuadro de bailarinas que personificaron a las doncellas de la princesa Donají y vistieron coloridos trajes que resaltaban en la oscuridad, inyectaron folclor al auditorio.
“El estruendo de la guerra despertó una noche a la núbil princesa, hecha ya de gracia y belleza. Mixtecos y zapotecos disputaban, pueblos igualmente fuertes, sabios y poderosos. Los guerreros zapotecas, traen un prisionero moribundo; la sangre baña su cabeza y una palidez mortal cubre su faz virilmente hermosa. Sus ropas y sus armas dicen que pertenece a elevada alcurnia. Está sin conocimiento, los guerreros lo dejan y retornan al tumulto de la lucha”.
Con esa narración el público presenció el primer encuentro entre Donají y Nucaano, papel que interpreta por quinto año consecutivo Carlos Alberto Rosales García, y cuya importancia del personaje en la historia representa la preeminencia y triunfo del amor por sobre el odio, la guerra y el enfrentamiento fratricida.
La pasión que brota entre los nobles vástagos durante el tiempo en que la compasiva Donají lava las heridas de Nucaano y lo esconde al furor de sus enemigos, caló entre los espectadores, quienes apreciaron el momento en que el joven príncipe mixteco, habiéndose restablecido, regresa a los suyos y se despide de la princesa con un beso.
La lucha encarnizada entre ambos imperios y las negociaciones de paz que se concretaron después con la entrega de la princesa Donají como prenda de paz, fue ambientada con los sonidos prehispánicos y la iluminación en colores azul, verde, violeta y amarillo que se reflejaban en la velaria del auditorio.
Después, el fallido rescate de la princesa Donají en los palacios de Monte Albán y su muerte tras ser degollada por los mixtecos, contó con un despliegue de fuegos artificiales que dieron pie a la última parte de la obra, el descubrimiento que un pastorcillo realizó del lirio que brotó de la cabeza de Donají a orillas del río Atoyac.
Esta escena dancística que muestra el encantamiento del lirio ante los ojos de su descubridor fue realizada impecablemente por Armando García Barranco y Alma Itandehui Luna Silva.
El espectáculo dirigido desde 1982 por Fernando Rosales García y coordinado por Víctor Vásquez Labastida y María Eugenia Moreno Sandoval, terminó con la presencia de los 80 bailarines arriba del escenario para dejar de manifiesto la enseñanza que encierra esta epopeya y que ha fungido como símbolo de identidad de la cultura oaxaqueña.
La última presentación de la obra teatral- dancística, organizada por la actual administración municipal fue ovacionada por un público de pie.
Previo a la presentación de Donají… La leyenda
El programa musical previo a la presentación de Donají… La leyenda, estuvo a cargo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Música de la República Mexicana, sección 225 del Sindicato de Trabajadores de la Música y Similares de Oaxaca y en esta ocasión, las agrupaciones que deleitaron al público fueron Chahui Chahui y La Química, así como el mariachi Estrellas de Oaxaca.