Oaxaa, México.- Una sesión de lectura en atril de algunas de las obras más conocidas de Emilio Carballido se presentó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes en la que participaron Alberto Estrella, Ángeles Marín, Luis Martín y Arturo Morales, dentro del ciclo
Dramaturgos mexicanos, y la cual incluyó fragmentos de obras como Te juro Juana que tengo ganas,
Yo también hablo de la rosa, Fotografía en la playa, Medusa, Los esclavos de Estambul y
Orinoco.

Luis Martín fue encargado de presentar cada una de las escenas elegidas en esta ocasión, al tiempo que aportó comentarios para contextualizó el momento en que el autor escribió la obra en turno, por ejemplo, en el caso de Te juro Juana que tengo ganas, resaltó que este texto es uno de los más divertidos del escritor, cuyos diálogos están cargados de ironía.
Acerca de
Orinoco, el también actor, dijo que se trata de una de las obras más montadas de Emilio Carballido en México y en el mundo, debido a su contenido universal, humor particular y personajes característicos, que poseen un estilo inconfundible, “marcado por una lógica popular, por esa sabiduría que se hereda de boca en boca, de generación en generación, y que Carballido supo atrapar de manera muy elocuente”.
Luis Martín también dio lectura a un texto de Víctor Hugo Rascón Banda, en el que consideró que Emilio Carballido fue el constructor de la verdadera dramaturgia nacional. “Porque miro hacia afuera para enriquecer su visión del mundo y volvió su mirada hacia el interior del país”, señala la cita de quien fue presidente de la Sociedad General de Escritores de México. “Su teatro –se agrega– no fue sólo de un género, sino que tenía obras de todo tipo, desde lo absurdo, hasta comedias farsas y teatro simbólico, muchas de las cuales fueron exitosas. Su teatro fue lúdico, festivo y crítico, a través de la risa”.
Luis Martín comentó además: "Creó e impulsó el movimiento de la nueva dramaturgia mexicana en 1979, yo surgí de ahí y siempre estará presente entre nosotros mientras disfrutemos de sus obras en el escenario".
Acerca de la selección de obras tomadas para la lectura, los organizadores dijeron que justamente se trata de textos representativos de la diversidad de géneros que abordó Emilio Carballido, y que para los actores representa un reto por la amplia gama de intenciones e intensidades.
Como ocurrió en el caso de
Te juro Juana que tengo ganas, en la que los personajes se la pasan persiguiendo una meta que aún no tienen clara, Ángeles Marín, con la interpretación de esta farsa, la más divertida del dramaturgo homenajeado, desarrolló un aguda ironía.
Lilia Aragón dio lectura a una escena de
Yo también hablo de la Rosa, un monólogo que trata sobre la relación entre la flor, el corazón, el aire y la sabiduría. La experiencia de la actriz subrayó los matices interpretativos que requiere el texto.
Fotografía en la playa fue interpretada por Alberto Estrella, quien también leyó Medusa; el actor demostró su capacidad para transformarse en los personajes requeridos a quienes dotó de una elevada intensidad, recreando e en la imaginación de los espectadores las escenarios en que ocurre la acción de estas obras.
Los esclavos de Estambul y
Orinoco, estuvieron a cargo de Arturo Morales, y en Conversación entre las ruinas participó todo el elenco. La intensidad de las historias de Emilio Carballido provocó también que los actores alcanzaran una apasionada interpretación.