Anaiz Zamora MárqueCIMAC
Oaxaca, México.- La mayoría de las problemáticas de discriminación, desigualdad y violencia que enfrentan las mexicanas en etapas adultas tienen su origen en la infancia, no obstante no existen políticas, programas y métodos de atención para las niñas, que representan el 15 por ciento de la población en México.
Ante la carencia de recursos para atender a la infancia mexicana y para colaborar a combatir la discriminación, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) elaboró el manual “La desigualdad de género comienza en la infancia”.
Durante la presentación hoy del material en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), su autora y coordinadora, Alma Rosa Colín Colín, explicó que uno de los objetivos es incidir en la necesidad de revisar las políticas públicas y programas dedicados a la infancia, para que no se reproduzca el papel de las mujeres al frente del cuidado del hogar y se limite su participación en el ámbito privado.
Las niñas –agregó– son víctimas de severas y crudas formas de discriminación y violencia, que llegan a representar un problema de salud pública. Por ejemplo, casi el 50 por ciento de los casos de feminicidio registrados a nivel nacional corresponden a menores de 18 años de edad.
Una de los flagelos más acentuados en la población infantil femenina es el embarazo temprano, frecuentemente producto de una violación o abuso sexual. Para 2011, 318 niñas de 10 años registraron un hijo nacido vivo.
Sumado a ello, tres de cada cuatro adolescentes de entre 12 y 17 años que no estudia ni trabaja son mujeres, y nueve de cada 10 adolescentes en ese mismo rango de edad que se dedican a los quehaceres domésticos del hogar son del sexo femenino.
La maestra Patricia Piñones Vázquez, secretaria académica del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM, señaló que los contextos adversos que enfrentan las niñas y que son distintos dependiendo de cada entorno (indígena, rural o urbano), marcarán su desarrollo personal y llegarán a limitar el goce de sus derechos desde edades tempranas.
Karla Gallo Campos, oficial de Derechos de la Infancia del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México, criticó que por años el Estado mexicano se “preocupara” por crear leyes, normas y programas para atender las demandas de las mujeres en edad reproductiva, pero dejara en la “invisibilidad” a las niñas, quienes generalmente son más vulnerables ante las agresiones.
Llamó al gobierno federal a traducir lo contenido en leyes y tratados internacionales en realidades distintas para las mujeres de todas las edades, y sobre todo a adoptar las recomendaciones y observaciones de los comités internacionales sobre las violaciones a Derechos Humanos.