Guillermina Bravo visibilizó la danza contemporánea mexicana, dice coreógrafa

Oaxaca, México.-Con la finalidad de recordar a la coreógrafa y bailarina Guillermina Bravo (1920-2013), en su primer aniversario luctuoso, estudiantes del Colegio Nacional de Danza Contemporánea de Querétaro y la compañía Dramadanza, que dirige Rossana Filomarino, ofrecerán –el 15 de diciembre, en el Palacio de Bellas Artes– una función especial en memoria de una de las figuras más relevantes de la danza mexicana del siglo XX.

El programa Recordando a Guillermina Bravo incluye la presentación del video Huellas, de Mario Villa, con música de Gabriela Ortiz y Herbert Vázquez; una obra de Orlando Scheker y Filomarino, así como la pieza Guillerma: memorias del corazón, a cargo de Dramadanza, yLa noche de los mayas, del coreógrafo Desiderio Daxuni Sánchez, con música de Silvestre Revueltas. A propósito del homenaje a Guillermina Bravo, en el escenario donde dejó uno de sus más grandes legados, la coreógrafa Rossana Filomarino (Roma, 1945), en charla con La Jornada, comenta que la gran contribución de Bravo a la danza no se limita a su técnica de baile y coreografías, sino que dedicó su vida a hacer visible la vertiente contemporánea en México. Ella construyó la danza contemporánea en México, importó la técnica Graham, formó bailarines extraordinarios; también creó un repertorio sólido y provocó el cambio de la danza moderna que se refería todavía a temas mexicanos o nacionales, y dio el salto hacia la abstracción y la contemporaneidad; de ahí pienso que nació la danza contemporánea y a partir de este momento se derivaron casi todas las compañías que han existido hace unos cinco o seis años.

Por construir un cuerpo perfecto

Rossana Filomarino, quien presentará su obra Guillerma: memorias del corazón en la función de gala, añade que la visión existencial de Bravo se basaba en la danza y toda su lucha, sentir e indignación sobre la condición humana está reflejada en sus obras. “En los últimos años no quiso reponer una de sus danzas, por eso en este tributo no hay ninguna reposición de sus coreografías, porque así lo dispuso y no vamos hacer algo en contra de su voluntad.

La vamos a recordar con la presencia de los estudiantes del colegio nacional, son de todos los niveles, unos que apenas comienzan su formación y otros que ya están por concluir sus estudios. Estos jóvenes son lo que Bravo quería ver en los bailarines. Vamos a enseñar el trabajo para la construcción de un cuerpo perfecto, que era lo que la maestra soñaba. Para Filomarino, el Colegio Nacional de Danza Contemporánea es un legado vivo, porque la decana de la danza lo construyó desde que se descentralizó el Ballet Nacional de México. El Cenadac es un centro de formación muy importante a nivel nacional porque de ahí salen también muchos maestros y es como continúa el conocimiento de la danza. La coreógrafa confía en que la función especial sea el principio de lo que Guillermina Bravo merece, un homenaje nacional. También expresó su preocupación por que la autoridades culturales puedan recolectar, organizar y clasificar la obra de la maestra interpretada por los bailarines más destacados del país. Filomarino adelantó que está pendiente para 2015 la publicación de un libro con entrevistas a personajes de la danza que conocieron a la maestra Bravo, que realiza el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón. Guillermina Bravo fue un genio en la capacidad de transformar lo conocido, de proponer cosas nuevas para todo mundo con las cuales muchas generaciones han construido su conocimiento y trabajo artístico. Recordando a Guillermina Bravo, función especial en la que también participará Epicentro, grupo experimental del Cenedac, se realizará el próximo lunes a las 20 horas en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico). La entrada será libre.