Oaxaca, México.- Al artista mexicano Gustavo Aceves le duele lo que sucede actualmente en todo el mundo con el fenómeno migratorio: extorsiones, secuestros, violaciones, masacres y venta de órganos, entre otras cosas.
Además le lastima la indiferencia al respecto. Por ello trabaja en un proyecto en el que refleja su postura como artista: Lapidarium, el cual consiste en crear cuatro caballos monumentales de 12 por 8 metros, además de 100 corceles de 3 por 3 metros en bronce, piedra, madera, metal y mármol.
Cada escultura en Lapidarium, dice Gustavo Aceves, es una esquela. El total de ellas forma un obituario. “No es una arqueología de las migraciones humanas por más que eso pareciera ser su motivo. Es una relectura de ese nuevo léxico que empieza con la B de bárbaro y termina con la X de xenofobia; y entre ellos, como puente ignominioso, la S de schrecklich (horrible), de schrecklichkeit (aterrorizamiento), la S de los sans-papiers (sin papeles)”.
En entrevista vía telefónica desde la ciudad de Pietrasanta, Italia, donde actualmente reside y trabaja, Gustavo Aceves (Monterrey, Nuevo León, 1957), explica que Lapidarium se desarrolla en cuatro etapas, cada una corresponde a un mar, con una estética propia (bronce patinado en negro, bronce blanco, fierro oxidado –guisa- y mármol), dentro de una geografía emocional dictada por él mismo (Mar Negro, Mar Rojo, Mar Muerto y Mare Nostrum), yendo de la muerte representada por cráneos al triunfo de la esperanza y la vida, simbolizadas por el corazón.
Cuenta que el proyecto nació a partir de la invitación que le hizo el Vaticano para presentar algo en la Bienal de Venecia 2013, como parte de los artistas que lo representaban. Siguiendo el hilo de Ariadna, comenzó a preguntarse cosas y a hacer conjeturas. Pensó en Venecia, en los caballos de san Marcos y así inició un viaje siguiendo ese faro de luz.
“Al final me encontré con elementos como el naufragio, el caballo y los migrantes. A partir de eso empecé a armar el rompecabezas y algo que pensé que sería sencillo, que era confrontar cuatro caballos por un artista contemporáneo frente a la cuadrilla de san Marcos, fue creciendo más y más. Y como equipo llanero contra uno de estrellas, pensé en hacer más caballos para enfrentar a esa cuadrilla, más caballos para enfrentar la memoria histórica y más caballos para tener una voz con más fuerza. Entré en un proyecto desmesurado del que estoy a la mitad. Lo que presento en Pietrasanta es un avance, un work in progress de esa desmesura, apenas 42 caballos colocados en diversas plazas”, indica.
Gustavo Aceves es uno de los artistas autodidactas más importantes y reconocidos de México en el extranjero, sobre todo en Europa. Fue el único pintor latinoamericano invitado a participar en el homenaje que 60 artistas rindieron a su santidad Benedicto XVI, entre los que también se encontraban Santiago Calatrava, Zaha Hadid, Peter Greenaway, Bob Wilson y Arvo Pärt, entre otros.
Lapidarium es el nombre que se da a un lugar, ya sea la plaza de una ciudad, el atrio de un castillo o el patio de un museo, donde se depositan los restos de estatuas y fragmentos de edificaciones.
Para Gustavo Aceves es una postura personal frente al fenómeno migratorio. “Como mexicano, soy de un país productor de migrantes. Y como exiliado soy sensible a este fenómeno, porque me toca vivirlo, si no en un estado de sobrevivencia, sí en un estado real: soy extranjero, soy un hombre que está fuera de su país y me interesa mucho hablar de esto, no como un sociólogo visual, para nada, sino desde el arte”.
Lo que más sorprende al artista mexicano es la enorme capacidad de indiferencia para aceptarlo. Asegura que le lastima conocer, a través del bombardeo informativo, la cantidad de gente que muere a diario en su trayecto migratorio. “Hablamos de cifras escandalosas que a mí como mexicano, con lo que sucede con el tren conocido como ‘La bestia’, con los migrantes que extorsionan, que secuestran, que masacran, que comercializan con sus órganos, eso es lo que está detrás, lo que barniza todo esto”.
Cuando Aceves habla de que la topografía de Lapidarium está compuesta sólo por agua y se refiere al Mar Muerto, el Mar Negro, el Mar Rojo, es una forma metafórica de decir: son mares que abarcan la tierra, es hablar del Norte, el Sur, el Este y el Oeste, de muchas culturas que se han movido en la historia del hombre.
“Deseo que recuperemos en la memoria que el hombre, desde su origen, se ha desplazado por razones de sobrevivencia o aventura existencial, desde el africano que busca irse al oriente próximo, a Europa, hasta hoy en día. Nunca hemos estado quietos, no somos sedentarios, muchos sí, pero hay una cierta naturaleza humana que nos ha hecho ir más allá, buscar la otra orilla”, reflexiona.
El pasado 22 de marzo fue inaugurado el work in progress de Lapidariumen la ciudad de Pietrasanta. Se exhibió el primer caballo monumental, así como tres cabezas al interior de la Iglesia de san Agustín. Además, se mostraron cinco bronces de 3 por 3 metros al interior del patio principal del Claustro de san Agustín; así como una cabeza monumental en asfalto, al interior del Campanille, escalera helicoidal realizada por Miguel Ángel, en 1519.
Este sábado 10 de mayo se presentó el segundo caballo monumental en bronce blanco que fue colocado sobre una base de 130 toneladas de mármol, en la Plaza de Armas de Pietrasanta. La imagen es bastante simple: un caballo que navega sobre ese mar de mármol.
“La idea es que estas obras tengan una itinerancia. Hemos tenido invitaciones para que se exponga en diferentes espacios del mundo y el destino final sería el Zócalo de la Ciudad de México en 2016. Son 100 caballos, estamos hablando de necesidades de espacio enormes”, señaló.
Finalmente, Gustavo Aceves destacó que Lapidarium está en coincidencia con una política cultural que existe actualmente en México, impulsada por el gobierno federal, a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, de hacer visibles los proyectos internacionales que puedan crear una imagen distinta de México, más allá de la violencia y el narcotráfico.
“Sí, considero que hay una intención en el gobierno mexicano de apoyar proyectos internacionales y eso es muy importante. Se puede hablar como mexicano del naufragio, del exilio, pero también desde el arte, porque no es un proyecto sociológico o de antropología social, es un proyecto artístico y esto entra en sintonía con lo que se intenta hacer en el país para conducir el barco a otra parte”, concluyó.
Te podría interesar...
Esta conversación es moderada acorde a las reglas de la comunidad “Ciudadanía Express” . Por favor lee las reglas antes de unirte a ella.
Para revisar las reglas da clic aquí