Oaxaca, México.-La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) está preparando nuevas normas internas que le impedirían realizar labores encubiertas peligrosas en países hostiles, como el programa secreto ZunZuneo, mejor conocido como el Twitter cubano, que esa entidad ayudó a orquestar.
La nueva política se formula luego de una investigación realizada este año sobre la labor de la USAID, que creó una especie de Twitter en Cuba y buscó en secreto reclutar a una nueva generación de disidentes en la isla, al tiempo que ocultaba sus vínculos con el gobierno estadunidense.
En la investigación se descubrió que USAID y su contratista tomaron medidas para ocultar su participación en el programa tales como crear una empresa fachada, canalizar dinero a través de transacciones en las Islas Caimán e inventarse historias como excusa para operar en la isla, como un supuesto taller de prevención del VIH.
La USAID envió a jóvenes latinoamericanos a Cuba bajo la fachada de que iban a adelantar iniciativas cívicas y sanitarias para incitar un cambio político. El programa envió a hispanos jóvenes a la isla –haciéndose pasar por turistas y estudiantes– con un sueldo de 5.41 dólares por hora para identificar a quienes pudieran convertirse en activistas políticos.
La agencia se vale de los acuerdos de cooperación con gobiernos extranjeros para ayudar a los pobres y vulnerables del mundo, como sus esfuerzos recientes para combatir el ébola en África occidental.
Los cambios de política de la USAID son muy similares a una propuesta del Senado presentada hace unos meses, según funcionarios de gobierno al tanto de las discusiones pero que no estaban autorizados a hablar públicamente del tema.
La iniciativa del Senado contemplaría prohibir a USAID gastar dinero en programas para impulsar la democracia en países que rechazan la ayuda de la agencia, donde los empleados no fueran contratados por la agencia directamente y donde USAID habría tenido que “hacer grandes esfuerzos para proteger a los beneficiarios del programa y quienes trabajan en él”.
Los funcionarios dijeron que los esfuerzos democratizadores que entrañaban un alto riesgo desplegados por USAID probablemente serían entregados a otra rama del Departamento de Estado y la Fundación Nacional para la Democracia, una organización sin fines de lucro que recibe financiamiento del gobierno estadunidense