Oaxaca, México.- El Ídolo y Amador están muertos, enterrados. El cantante Adanowsky está de vuelta con un nuevo álter ego: Ada, el final de su trilogía musical que presentará este jueves 15 de mayo en el Café Central. "Es un personaje mitad mujer y mitad hombre que le canta a la felicidad. Con él le hablo a los hombres que desprecian a la mujer, que desprecian una mitad de sí mismos". Ada no es sólo un rostro cargado de maquillaje, sino que se remonta al nacimiento del cantante, hijo de Valerie Trumblay y Alejandro Jodorowsky: "Una chamana me dijo que encontrara a mi mujer interior. Y recordé que mi mamá había sacado una carta del tarot estando yo en la panza, y fue una estrella –que es mujer–. Yo iba a ser mujer, dijo. Mi padre se lo creyó también y decidieron llamarme Ada. Cuando nací, me llamaron "Adán". Ahora quise deshacerme de ese fantasma que me perseguía". Éste es su personaje más definido –y producido– hasta ahora. Para grabar el nuevo álbum, se encerró en su casa, compuso más de 60 canciones y consiguió instrumentos de la década de los 70 para grabar con los hermanos Polycarpe. El resultado son 11 tracks con un estilo completamente diferente a lo que Adanowsky había hecho hasta ahora: suena un tanto más electrónico y bailable, además de que las letras están en inglés. Conocido por pertenecer a una poco convencional familia de artistas, dice que su sonido está influenciado por toda la música que ha escuchado a lo largo de su vida, tantas que tardaría horas y horas en decidir quiénes son los más importantes. Tal vez las podremos descubrir por cuenta propia cuando haga sonar sus canciones en tierras oaxaqueñas.
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