Oaxaca, México.- Es hora de dar cuerda al maravilloso reloj de la evocación, ese portento de la imaginación capaz de invocar cualquier tiempo y espacio desde el presente para ponerlo sutilmente delante de nosotros como si de nuevo estuviera ocurriendo. El trance mágico surge esta vez a partir del libro Encore, cuentos inspirados en el rock.
Intuía Arthur Rimbaud, que la memoria y los sentidos son el alimento del impulso creador y este volumen compilado por Pedro Escobar se sostiene en ese principio. Pero da un paso más: si el efecto secundario natural de evocar es provocar, en esta antología se recrean instantes que van a detonar los propios recuerdos del lector.
La atmósfera de estos 13 relatos es como la que configura una canción preferida que se extiende y parece que va a volverse otra justo en el momento en que vuelve a sí misma. Su ritmo, el de los acordes del rock, matizado por los de la ensoñación.
Escrito por Carlos A. Ramírez, “Mariana my reflection” primer cuento de esta antología, elabora una imagen sólida y volátil, la imagen del deseo moviéndose al ritmo de un par de canciones. Mariana bailando, desenvolviéndose, dando forma desde dentro hacia fuera a su energía; él que la mira moverse. En una cadencia cabe una historia. Una historia de sinuosidades rítmicas, corporales y existenciales.
“Y nunca teníamos dinero, / pero eso no nos inquietaba/ pues teníamos los libros/ y los discos/ y las cervezas, / teníamos las calles”, escribe R. Israel Miranda Salas en su cuento “A letter to Elise”. The Cure cubre una narración sobre el momento en que todo es horizonte. El paisaje de dos adueñándose de la música, del mundo, de sí mismos es también el escenario predilecto de la desilusión.
Los ojos del protagonista del relato “Tercio de muerte” de Alejandro González Castillo deambulan sobre la ruina de La Faena, cantina-museo taurino, donde la comida “apesta a trapo puerco”. Al mismo tiempo esa mirada va contando la historia de un sitio visitado únicamente por despistados turistas o por seres que parecen no haberse ido nunca. En mitad de lo lóbrego, de lo asfixiante, todavía es posible la vida. Hay una rocola. Una moneda, tres canciones, “540 segundos para virar el rumbo de la velada”.
Decimos canción como decimos cualquier otra palabra, sin articular las más de las veces su significado, ¿pero qué es una canción? ¿Por qué nos apoderamos de una o unas cuantas solamente? Hay tantas, pero pocas son las nuestras. Esta serie de preguntas podría ser uno de los hilos conductores de “Leyenda anónima” de Pedro Escobar. Porque Plateadaes la melodía y la armonía que dieron sitio y sentido a Beto, a Carlos y al narrador. En ella existen las palabras que hacen vibrar a los 18 años “Somos la emoción de lo real, el mundo que sólo existe cuando estamos juntos”, y que quizá nunca después puedan entenderse por completo. Las letras que luego trazan la añoranza. Atrapar lo eterno que se presenta en lo efímero y que nos da identidad, es tal vez una canción.
No estaría completa la arqueología del rock sin la presencia del Glam. El artificio y la estética toman forma en el personaje de Javier, en el cuento “Rey del Glam” de Raquel Castro. Suena el timbre del departamento del protagonista y en cascada va desfilando un singular universo: sus interacciones, la fiesta, el ambiente, la música, la moda… todos los elementos que elaboraron esa manifestación cultural vibran en esta narración.
La evocación total sucede cuando nos hundimos poderosamente en las sensaciones. Así ocurre en el relato de Rogelio Garza “The Grateful Dead Dark Star”. Una sinestesia, un fuego de San Telmo que se vuelve una imagen etérea del sonido. Una vibración que borra la inestable frontera entre lo narrado y lo que captan los sentidos. La huella de la música y la forma en que se imprime en nosotros.
“Apagón/ Blackout” de Erika Mergruen narra detalladamente la experiencia o el ritual, ahora, de tener un L.P. Que iba desde escuchar un éxito en la radio, buscar luego en la tienda de discos hasta conseguir tenerlo entre las manos, a partir de ese momento daba inicio una casi solemne ceremonia para abrirlo y escucharlo. Suculenta narración del manual para el amante del L.P. y la buena música.
Estos cuentos abarcan disonancias y armonías llevándonos de una experiencia a otra a ritmo precisamente de rock. Cada uno va a caer en un centro íntimo. Una Andrómeda personal. Y en la evocación de un tiempo quizá más simple.
El libro Encore, cuentos inspirados en el rock, se presenta este martes 6 de mayo a las 19:30 horas en la Casa del Poeta, Avenida Álvaro Obregón No. 73 colonia Roma.
Encore, cuentos inspirados en el rock, es una antología de cuentos que reúne a 13 escritores: Carlos A. Ramírez, R. Israel Miranda Salas, Alejandro González Castillo, Raquel Castro, Rogelio Garza, Ignacio Pato, Franz de Paula, Pedro Escobar, Alberto Chimal, Erika Mergruen, Bernardo Fernández BEF, Arturo Vallejo y Armando Vega-Gil.
Encore, cuentos inspirados en el rock. Compilación de Pedro Escobar. + pp. 46.
Esta antología de cuentos se publicó gracias al apoyo del programa “Edmundo Valadés” de Apoyo a la Edición de Revistas Independientes 2013 del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
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