México es un país lleno de cultura y tradiciones que se han forjado con el pasar de los años. Durante su historia han ocurrido intercambios culturales muy importantes como la llegada de los españoles, que al unirse al quehacer diario indígena trajeron nuevas costumbres y sabores.
La mezcla de semillas, frutas y mieles arrojaron como resultado la elaboración de frutas y verduras cristalizadas que permiten hacer de este alimento un producto muy duradero pero sobre todo delicioso.
Detrás del particular sabor de este dulce típico mexicano, tiene cabida su preparación, que a pesar de no ser muy compleja, necesita alrededor de cuatro días para llevarse a cabo.
Para realizar la cristalización es necesario primero lavar las frutas y verduras, cortarlas y si es necesario sacarles la pulpa.
Luego se remojan en agua de cal viva durante un día y se hierven, para después sumergirlas varias veces en almíbar de piloncillo o azúcar donde son hervidas nuevamente. Una vez que están listas, se dejan secar al aire libre para que se endurezcan.
Santa Cruz Acalpixca se encuentra a 10 minutos de Xochimilco en la ciudad de México, este es el pueblo con mayor tradición en fruta cristalizada de nuestro país, es allí donde desde hace más de 30 años se lleva a cabo la feria del dulce cristalizado.
La lista de frutas que se cristalizan en esta región es bastante amplia: higos, manzanas, papayas, chayotes, nopales y jícamas, por mencionar sólo algunos, pero los que destacan por ser los más solicitados son el camote, el chilacayote y la calabaza.
Este dulce es elaborado de manera artesanal por la familias que habitan Santa Cruz Acalpixca y se comercializa tanto en locales establecidos como de forma ambulante, por lo que es muy común encontrarlo fácilmente en mercados, tianguis y en la calle, sobre todo en el centro del país.
Las frutas cristalizadas son utilizadas en la elaboración de dulces y postres, como helados y la tradicional Rosca de reyesy tienen un tiempo de duración de entre tres meses y un año.