Barcelona (Redacción y Agencias).- El director, músico y compositor Jordi Savall (Igualada, Barcelona, 1941) ha renunciado al Premio Nacional de Música 2014, en la modalidad de Composición, que concede el Ministerio de Cultura y que está dotado con 30.000 euros.
El jurado había destacado en su fallo la infatigable labor en la recuperación y difusión del patrimonio musical español por parte del intérprete, director y musicólogo catalán Jordi Savall.
El músico, aunque ha agradecido el premio, ha rechazado el galardón "con profunda tristeza" por su desacuerdo con la política cultural del ministerio dirigido por José Ignacio Wert. El compositor ha manifestado su voluntad de que "este sacrificio sea comprendido como un acto revulsivo en defensa de la dignidad de los artistas y pueda, quizás, servir de reflexión para imaginar y construir un futuro más esperanzador para nuestros jóvenes". Savall ha argumentado que su negativa viene para no "traicionar sus principios y sus convicciones más íntimas", puesto que la distinción procede de la principal institución del Estado responsable del "dramático desinterés y de la grave incompetencia en la defensa y la promoción del arte y de sus creadores".
También ha considerado "insuficientes" los esfuerzos y las inversiones que el Gobierno destina al mundo de las artes y la cultura en general y, en participar, por mantener en el olvido una parte esencial de la cultura: el patrimonio musical hispánico milenario.
María de Alvear, galardonada junto al músico con el Premio Nacional, ha asegurado al conocer su negativa que lo entiende "perfectamente", aunque no lo apruebe. "El 21 % de IVA para el arte es una auténtica catástrofe" ha argumentado la compositora. Ese tributo, que en Alemania es del 7 %, "machaca la vida a los músicos, a los gestores y a los programadores, que van a empezar a reducir los conciertos porque no son sostenibles". "Lo siento mucho porque me hubiera encantado compartirlo con él, que hubiera dado brillo al premio", ha añadido
Otros casos El compositor catalán Josep Soler se negó a recoger la Medalla de Oro al Mérito en la Bellas Artes que otorga el ministerio liderado por José Ignacio Wert, como muestra de su desacuerdo con las políticas culturales y educativas del Ejecutivo de Mariano Rajoy.
El dibujante Jan renunció también a la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes. El creador del cómic Superlópez rechazó la condecoración del ministerio de Cultura "por ética personal" ante "las circunstancias sociales y políticas actuales".
Javier Marías, aunque había avisado muchas veces, causó cierto revuelo al rechazar el Premio Nacional de Narrativa que le concedía el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes. El escritor, que renunció a los 20.000 euros del galardón, dio una rueda de prensa en la que explicó sus motivos. Lo hizo, según sus palabras, por coherencia y porque le “parecería una sinvergonzonería” aceptarlo.
Otro de los casos sonados en España fue el de Santiago Sierra, a quien el Gobierno le concedió en 2010 el Premio Nacional de Artes Plásticas. En una carta que hizo pública el creador – donde se definía a sí mismo como “un artista serio” – argumentaba que “los premios se conceden a quien ha realizado un servicio, como por ejemplo a un empleado del mes". De este modo, por “sentido común”, no podía aceptar un reconocimiento de “un Estado que pide a gritos legitimación ante un desacato sobre el mandato de trabajar por el bien común, sin importar qué partido ocupe el puesto”.
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