Soledad Salinas, Quiatoni, Tlacolula, Oax.- La asesora del Instituto Estatal de Educación para Adultos, Olga Jiménez Martínez expuso que lo que más les emociona a las señoras al aprender a leer y escribir, es cuando por primera vez escriben el nombre de sus hijos. Se quedan admiradas y dicen: “¿Eso dicen esas letras?”. Entrevistada al término de una asesoría en el centro de esta localidad, perteneciente al municipio de Quiatoni, explicó que las personas analfabetas que existen en esta población en su mayoría son adultos mayores, principalmente mujeres.
Olga tiene dos grupos de educandos: uno de 15 y el otro de 13, de los cuales la mayor parte son mujeres las más interesadas en aprender a leer, escribir y estudiar la primaria o secundaria. Jiménez Martínez afirmó que es bueno ayudar a las personas a salir del rezago, por ello desde hace 10 años se dedica a asesorar a las señoras que no saben leer ni escribir.
Relató que quienes integran su círculo de estudio se entusiasman con los contenidos de los módulos en lengua indígena. “En los libros vienen cuentos, recetas para preparar la comida como los nopales, así les enseño a leer y a escribir”, dijo la educadora.
Añadió que con esto se logra que las personas aprendan a leer y escribir el zapoteco, porque aunque la mayoría de las personas lo hablan muchos no saben escribirlo. Por ello, refirió, en el Instituto se está promoviendo que desde la educación inicial los jóvenes y adultos de estas comunidades aprendan a leer y escribir en su lengua: el zapoteco de la Sierra Sur.
De sus educandos, que se integraron hace menos de seis meses, dos personas son las que al incorporarse al IEEA no conocían las letras, pero con su dedicación y empeño ya empiezan a leer y escribir algunas palabras.
Doña Balbina López es una de ellas, que a sus 65 años y monolingüe, está aprendiendo a escribir en zapoteco y español.
Entrevistada en su lengua natal, con el apoyo de su asesora, dijo en entrevista:
-¿Shiin giál nal ni swel ni win lúy?
¿Por qué de niña no pudo aprender a leer y escribir?
-Rni llnia ria bengie nieksa chi scuel
-Mi mamá me decía que sólo los hombres tenían que ir a la escuela.
-¿Sheeza llchigaa seeda gola y cuaal?
¿Por qué quiere leer y escribir?
-Llchigaa seed cua laa y gun llfir.
-Ahora ya entendí que quiero aprender a escribir mi nombre y mi firma.
Recordó doña Balbina que cuando era niña no estudió, porque aunque había escuelas en la comunidad, la mayoría de los padres no mandaban a sus hijas a la escuela, debido a que les encargaban los quehaceres del hogar.
Pero al ver que es necesario saber leer y escribir, ahora se esfuerza por aprender a escribir su nombre y el de sus hijos, y su hija con la que vive que es quien la alienta a que a pesar de la edad que tiene, salga del analfabetismo.