Personal médico sindicalizado de Juchitán marchan para exigir insumos

Oaxaca, México-Unos 300 trabajadores sindicalizados y homologados del sector salud -médicos especialistas, enfermeras, enfermeros, trabajadores administrativos y médicos cirujanos-, marcharon este lunes de las instalaciones del Hospital General Macedonio Benítez Fuentes hasta la explanada municipal en la ciudad de Juchitán, para demandar insumos para el nosocomio y exigir al secretario de Salud en Oaxaca, Germán Tenorio Vasconcelos, atender sus demandas laborales.

La manifestación tiene su origen en la falta de material y equipo de trabajo, desde hace tres meses en el Hospital General y en la jurisdicción sanitaria número dos en el Istmo de Tehuantepec, por lo cual unos 750 trabajadores administrativos mantienen un paro de labores, y desde hace un mes en ese nosocomio no se otorga servicio de consulta interna.

Los médicos, enfermeras y la base trabajadora afiliada a la subsección dos en el Istmo de Tehuantepec, permanecieron en plantón por unas horas en la plaza cívica, mientras una comisión representativa ingresó al palacio municipal para exigirle al edil Saúl Vicente Vásquez su intervención y solución al problema de salud pública que vive Juchitán.

Asimismo, los trabajadores sindicalizados del sector Salud, pidieron a los alcaldes del Istmo de Tehuantepec que asuman su responsabilidad y gestionen de forma conjunta el cumplimiento del pliego petitorio que han entregado desde hace cuatro meses a las autoridades del estado de Oaxaca.

Yolanda Sánchez Ulloa, médico pediatra detalló que esta marcha también es para informarle a la ciudadanía que los médicos y enfermeras no son culpables en muchas ocasiones de las supuestas negligencias médicas, debido a que en el hospital hay sobrecupo de pacientes y un rezago de 90 por ciento de insumos.

“Carecemos de guantes, jeringas, medicamentos, gasas, esterilizantes y otros materiales de curación. Realmente estamos desesperados, porque pareciera que no ocurriera nada, por ello también pedimos la comprensión de la ciudadanía, que es la que menos culpta tiene”, dijo.

En el hospital general existen 60 camas que dan atención a cerca de 10 mil ciudadanos de los municipios en la región del Istmo; al día, atienden de 100 a 120 personas por turno, especialmente en las áreas de obstreticia y urgencias.

Durante la marcha, un grupo de enfermeras y administrativos exigieron la renuncia del director del Hospital General, Jerónimo Ramírez Luis, quien -aseguran- poco le importa la situación de desabasto que vive la clínica.

“Al director -dijeron- sólo le preocupa recibir su quincena y servir de emisor a su jefe, el Secretario de Salud. Nunca ha convocado a una reunión para informar de la situación que prevalece en el hospital”.

María Eugenia Cortés Morales, enfermera del nosocomio sostuvo que “el director, parece protector de espaldas de sus jefes. Pareciera que en nuestra clínica no pasa nada, pero si hay muchos casos de negligencia médica. Estamos colapsados, abandonados, de mis casi 20 años de servicio, no había ocurrido un caso como este. Realmente es preocupante: no tenemos jeringas, mucho menos soluciones ni cubrebocas y guantes. Trabajamos sin protección”.

Sobre el tema, el paciente del Hospital General, Félix Merlíin Carballido, ubicado en el área de urgencias médicas, detalló que este sector es el único que atiende las 24 horas del día, pero lo hace al 50 por ciento, porque sólo hay personal humano. El equipo y medicamentos van por cuenta de familiares del paciente.

Ilustró: “Un paciente que llega por un accidente o que ingresa por cirugía tiene que comprar desde sus jeringas hasta sus soluciones, además de sus medicamentos; invierte aproximadamente unos 2 mil pesos, cuando en otros tiempos el hospital absorbía la mayoría de los gastos. Actualmente existe un desabasto muy tremendo; estamos en la ruina, no hay nada más que ciertas camas y sábanas, todas muy desgastadas”.

Los trabajadores del Hospital General señalaron esta situación la hacen del conocimiento de la ciudadanía, para responsabilidades contra las autoridades estatales, quienes han omitido responder a las peticiones de los líderes sindicales.