Cada 18 de diciembre, católicos acuden a la Basílica de la Soledad, a festejar a la Virgen a su santuario
Nereida González
Oaxaca. México.-La basílica de la Soledad no solo posee una arquitectura perfecta. El interior del templo guarda la imagen rígida triangular de la Virgen de la Soledad, que es reconocida como la Patrona Espiritual del pueblo de Oaxaca y a quien se le rinde un culto y una devoción cada 18 de diciembre.
Pero eso no es todo, este santuario que se ubica a seis cuadras del zócalo capitalino, junto al ex convento que ahora es el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, conserva un museo que fue fundado en 1951, unos años posteriores a la Conquista de México.
Aunque esta armería, no está a la vista de todos, porque se encuentra en un edificio anexo, en la parte posterior a la Basílica, para propios y extraños es inevitable pasar a visitar los objetos que son en su mayoría donaciones, testimonios y votos de agradecimiento a la patrona de Oaxaca.
A lo largo de estos años, muchos fieles han traído sus ofrendas a la Virgen que incluyen un amplio surtido de pequeños tesoros, brebajes extraños de los cuales están exhibidos en el interior del museo situado detrás de la iglesia.
Al llegar al inmueble anexo al santuario se observa un pequeño jardín en la entrada, ahí está escrita la leyenda de cómo la imagen llegó a este lugar cargada por una mula…
Con más de mil piezas el museo de la Basílica de la Soledad se ha convertido en un atractivo turístico. De acuerdo con las autoridades eclesiásticas más de mil personas lo visitan al mes. Tiene cuadros de la virgen, rebozos, recuerdos de comerciantes y familias donados con motivo del primer centenario de su coronación (1909 – 2009).
Además de un plano antiguo de la ciudad de Oaxaca, trajes regionales de la región Triqui, Mixes, Sierra Norte, específicamente de Yalalag y de Tehuanas. Al menos tres sillas antiguas, cuadros que datan desde 1967, un violín, rosarios, billetes antiguos, un baúl, un espejo, un santo entierro, un nacimiento con figuras del siglo VXIII, entre otros.
El lugar es silencioso, apenas y se escuchan los murmullos. ¡Miraaaa ya viste este cuadro!- Se oyó fuerte la voz de un pequeño, a lo que su madre contestó -¡Ssshhh, silencio!. En el lugar la contemplación e interpretación se hace con la mirada y al salir de ella se habla de las bonitas cosas que guarda este museo.
En los vitrales que ahí se encuentran, están capturados pasajes acerca de la aparición de la virgen, los cuales fueron donados por arzobispado, la comunidad de Ejutla de Crespo, los comerciantes y algunas familias. No dejan tomar fotos. Para ingresar hay una alcancía donde puedes realizar tu cooperación voluntaria.
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