Sao Paolo, Brasil.-La corrupción en la petrolera estatal Petrobrasvuelve a emerger como asunto central de la vida política brasileña, con revelaciones diarias que evocan el desvío de dinero a gran escala y que afectaría incluso al partido de la presidenta Dilma Rousseff.
Días después de que la policía federal lanzó una ola de arrestos entre empresarios y exfuncionarios de Petrobras, la prensa reveló este martes que cinco exejecutivos de la compañía habrían aceptado devolver 165 millones de dólaresque se habrían embolsado durante sus cargos.
El exdirector de Petrobras, Pedro Barusco, habría aceptado devolver nada menos que 100 millones de dólares, mientras otro exdirector, Paulo Roberto Costa, quien admitió revelar a la justicia toda la información que conoce de la trama a cambio de una remisión de la pena, devolvería otros 27 millones, la mayoría depositados en Suiza.
Además de las cifras de desvío de dinero que se barajan, que son enormes, preocupa asimismo la implicación de los partidos políticos en la corrupción.
Esto se debe a que los detenidos aseguraron a la policía que varias formaciones –entre ellas el gobernante Partido de los Trabajadores de Dilma Rousseff- se embolsarían de forma sistemática un porcentaje de los contratos firmados por Petrobras con empresas terceras.
La compañía, que ha visto en los últimos días cómo su acción se hundía en la bolsa de Sao Paulo, reaccionó a las investigaciones al anunciar la creación de una gerencia para fiscalizar las transacciones y garantizar la transparencia.
Todo ello se suma a la investigación civil que abrió recientemente la Comisión de Mercados y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) contra la petrolera.
Mientras tanto, el Departamento de Justicia inició otra investigación criminal para dilucidar si funcionarios de la empresa –que también cotiza en la Bolsa de Nueva York- infringieron las leyes estadunidenses contra la corrupción internacional.
En el gobierno brasileño, cuya presidenta acaba de ser reelecta con la promesa de combatir la corrupción, preocupa particularmente el impacto económico-financiero que la investigación podría tener, pues Estados Unidos ya impuso multas millonarias a bancos y empresas extranjeras por corrupción.
Sin embargo también inquieta el eventual impacto político, pues Dilma Rousseff lideraba el consejo de administración de Petrobras durante el periodo en el que se produjeron las supuestas irregularidades.
(Con información de Notimex)