Oaxaca, México.- Fue en 1993, cuando el flautista Horacio Franco creó un ensamble vocal e instrumental dedicado a la interpretación de la música barroca. A 20 años de distancia, esta agrupación se ha consolidado como la Capella Barroca de México.
En entrevista con el Conaculta, Horacio Franco recordó que en 1993, Sergio Vela, entonces director del Festival Internacional Cervantino, le encomendó el proyecto de organizar un ensamble para la realización de un concierto de música barroca judía, ligada a la liturgia hebrea, para ese festival, ya que el flautista había estado un año antes en Israel.
“Yo no tenía experiencia dirigiendo música barroca, yo tenía preparación en la flauta pero no era director, a partir de entonces empecé a hacer mis pininos y formé un grupo que se llamó Capella Cervantina, que fue el primer grupo que hubo con instrumentos originales de música barroca y con voces que fueran más acordes a la imagen sonora de la música barroca, que no fueran voces de ópera”.
El flautista, que así debutó como director, recordó que en esa época y aún hoy, para los músicos y cantantes que se quieren dedicar a la música barroca, existen pocas posibilidades profesionales, por lo que la actual Capella Barroca cubre un vacío importante.
Esa primer Capella Cervantina, precisó Horacio Franco, duró hasta 1998. Posteriormente, en el año 2003, el gobierno del estado de Puebla le encomendó la creación de lo que se llamaría la Capella Puebla, para lo cual consiguió a músicos y cantantes de primer nivel, pero no pudo fructificar ante el cambio de gobierno en esa entidad.
Luego de trabajar esporádicamente con músicos barrocos para la interpretación de música antigua con instrumentos originales, fue “hasta 2010 que me constituí como asociación civil, para que Capella Cervantina se convirtiera en Capella Barroca de México”, con la posibilidad de recibir subvención estatal y donativos deducibles de impuestos.
Así, la agrupación pudo recibir fondos del Conaculta que actualmente se utilizan para realizar una temporada de cinco programas y para poder consolidar a este grupo como la primera agrupación musical permanente para cantantes y músicos especializados en la música barroca.
Se trata de algo que, dijo el flautista, “no había en México, estamos llenando un hueco. Hay grupos que han hecho música barroca, pero lo que a mí me importa es instituir como una profesión, como una fuente de trabajo para músicos y una fuente académica, para que los músicos se empiecen a acostumbrar a hacer música barroca con instrumentos originales y con la técnica original”.
Advirtió que por ejemplo, un violinista, un chelista o un oboísta, si puede conseguir trabajo en diversas orquestas, pero alguien que toca el violín barroco no tenía muchas posibilidades, porque no había una orquesta instituida fuertemente. “La Capella Barroca de México ya es el primer grupo que tiene ese trabajo profesional”.
Horacio Franco apuntó que en Europa, desde hace más de 50 años se han hecho importantes esfuerzos para recuperar la música barroca, pues se dieron cuenta que la música sinfónica ya no tenía nada que ver con la sonoridad original del barroco.
Advirtió que existen instrumentos que no evolucionaron como son el clavecín, la flauta dulce o el laúd, pero hay otros, como el oboe, el violín, el chelo, la flauta transversa, el clarinete y la trompeta, que tuvieron una importante transformación, no sólo en la forma de tocarse sino también en su manera de producir el sonido.
Por ello, la Capella Barroca de México ya sólo utiliza instrumentos originales o copias de los instrumentos de la época, a fin de mantener la sonoridad barroca que, precisó el flautista, no es tan brillante como la de ahora.
“Es una sonoridad más limitada, más dulce, una sonoridad en cierto sentido mucho más arcaica, más primitiva, los cornos naturales que no tienen pistones o la trompeta natural o los oboes, que son más primitivos y diferentes de tocar que los actuales, la flauta transversa de madera tiene una sonoridad mucho más dulce, el violín barroco con las cuerdas de tripa y el arco mucho menos pesado, son más suaves y más dulces”.
Así pues, la Capella que cuenta con un grupo de 16 cantantes y alrededor de 20 instrumentistas, ha logrado trabajar con la sonoridad que había en la época barroca, aunque en Europa funcionan este tipo de orquestas desde los años 70 del siglo pasado, ante lo que Horacio Franco aseguró que “es una vergüenza que estemos 40 años atrasados en eso en México, es una verdadera vergüenza”.
El flautista comentó que a pesar de esta historia accidentada, como Capella Cervatina, la agrupación grabó cinco discos de música barroca y hubo uno más de la Capella Puebla. Sin embargo, ya es hora de que como Capella Barroca de México grabe su primer disco.
Mientras tanto, indicó Horacio Franco, la Capella realizará este año, una temporada de 14 conciertos, de los cuales cinco ya cuentan con el apoyo del Conaculta, en tres sedes: la Biblioteca Vasconcelos, el Centro Cultural Helénico y la sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes.
Este sábado 21 de junio, la Capella realizará una presentación en el Centro Cultural Helénico con el concierto Dolce canto, que implica a seis cantantes con un programa de arias de bajo continuo de los grandes compositores del barroco como Vivaldi, Sacrlatti y Monteverdi.
Se trata, dijo, de arias de cámara para voz y bajo continuo y Horacio Franco a veces los acompaña con la flauta. “Son arias chiquitas, son canciones que forman parte de cantatas o cantatas mismas (…) Un programa extraordinariamente rico en composición y música, donde finalmente los cantantes son el punto medular, están cantando arias solistas con bajo continuo, acompañadas por clavecín, chelo y por mí, un programa exquisito”.
En esta temporada, la Capella Barroca también presenta el concierto El arte del violín, con los seis conciertos grossos, de Francesco Geminiani, el gran compositor italiano “del cual jamás se han hecho los conciertosgrossos”, los cuales se podrán escuchar el próximo jueves 26 de junio, a las 18:00 horas en la Biblioteca Vasconcelos y el sábado 28 de junio, en la sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes.