Oaxaca, México.-El 11 por ciento de las jóvenes que abandonan la educación media superior, lo hacen a causa de un embarazo no planeado o no deseado, con lo que frenan su desarrollo académico, sus posibilidades de superar la pobreza –en la que algunas viven– y de tener mejores condiciones de empleo y de vida. Para frenar la incidencia de embarazos en adolescentes –que va en incremento en México– el Consejo Nacional de. Población (Conapo), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) buscarán trabajar en conjunto para acercar la información a las jóvenes y promover en ellas estilos de vida saludables. Hoy –en un hotel de la Ciudad de México– las instancias llevaron a cabo el “Taller sobre mejores prácticas para prevenir el embarazo adolescente en educación media superior”, destinado a funcionarias y funcionarios públicos que atienden o trabajan con adolescentes. Durante el acto inaugural, Rodolfo Tuirán, subsecretario de Educación Media Superior de la SEP, reconoció que en materia de sexualidad y embarazo temprano, las escuelas de nivel medio superior se han quedado rezagadas y en muchos casos al margen de la situación. Según datos de la Encuesta de Exclusión, Intolerancia y Violencia, 2013 de la SEP, sólo el 4 por ciento de las y los estudiantes reporta haber recibido apoyo de la escuela en materia de sexualidad, lo que de acuerdo con Tuirán es un “problema mayúsculo porque la escuela debería ser una instancia de acompañamiento efectivo para las y los estudiantes, con respecto a la etapa de vida por la que transitan”. El funcionario informó que el embarazo representa uno de los factores más importantes de deserción escolar, por ejemplo, este factor es dos veces mayor que el de tener un bajo desempeño académico.
A decir del funcionario los datos de la misma encuesta reflejan la necesidad de acompañamiento en estos temas, toda vez que el 29 por ciento de las jóvenes inician su vida sexual mientras estudian el bachillerato, el 19 por ciento de las jóvenes que iniciaron su vida sexual reconocieron no haber utilizado ningún método anticonceptivo y el 18 por ciento de las jóvenes con vida sexual activa declaró haber estado embarazada, en contraste, con el 4 por ciento de los varones que reconocieron haber embarazado a su novia.
Esencialmente –dijo– quienes no se protegieron informaron no haberlo hecho porque no conocían los métodos anticonceptivos, no lo tenían disponible en ese momento o porque pensaron que no tendrían relaciones sexuales. Ante ese panorama el funcionario, dijo que es indispensable trabajar para que las y los jóvenes tomen decisiones asertivas al ejercer su sexualidad. Tuirán hizo referencia a los esfuerzos internacionales en prevención del embarazo adolescente que no se reducen a la educación en sexualidad, abordan asuntos vinculados con los Derechos Humanos y los Derechos Sexuales y Reproductivos y que a la vez buscan eliminar los roles de género y promover estilos de vida saludable. Por ello informó que la SEP, UNFPA y Conapo acordaron realizar un conjunto de acciones. En una primera etapa difundirán en las escuelas de nivel medio superior, los esfuerzos de prevención que se han emprendido hasta el momento, y promoverán el desarrollo de un tutorial digital dirigido a profesores.
Leonor Calderón, representante del UNFPA en México, enfatizó que para el organismo es preocupante el embarazo adolescente, ya que actualmente 20 mil niñas menores de 18 años se convierten en madres diariamente en el mundo.
Además el 11.8 por ciento de las adolescentes que abandonan sus estudios lo hacen a consecuencia de un embarazo, mientras que el ocho por ciento los interrumpen por matrimonio.
“Como lo hemos señalado en múltiples ocasiones el embarazo a edades tempranas compromete física, emocional y económicamente la integridad de las jóvenes”, porque limita el desarrollo de un proyecto de vida y es un factor de riesgo para que la pobreza continúe siendo inter-generacional, sostuvo Calderón.
Como se ha demostrado –dijo– la educación contribuye a retrasar el inicio de la vida sexual y garantiza que cuando se inicie se haga de manera consciente e informada, y permite prevenir que se sufra coacción, abuso o violencia.