Oaxaca, México.- El único camino que tiene la humanidad para revertir el cambio climático es transitar hacia el uso de energías limpias o renovables, lo que permitirá construir un futuro sustentable para el mundo, afirmó Mireya Ímaz Gispert, coordinadora del Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM.
[caption id="attachment_227199" align="alignleft" width="200"] Mireya Ímaz Gispert, coordinadora del PUMA de la UNAM.[/caption]De acuerdo con expertos en el tema, la urgencia de transitar hacia el uso de energías renovables y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero está relacionada con el aumento de la temperatura del planeta y el incremento de la frecuencia e intensidad de fenómenos como los huracanes.
“Esperamos que las grandes potencias que se han resistido a la transición energética, lo hagan para evitar que el proceso de calentamiento global sea más drástico y profundo”, planteó la universitaria.
En abril de 2013, por primera vez “llegamos a las 400 partes por millón de bióxido de carbono en la atmósfera del planeta, como promedio. Ése era un límite al que no queríamos llegar y ya lo alcanzamos”.
En general, la situación de la Tierra está comprometida en términos ambientales, al igual que la biodiversidad, el agua, la calidad del aire, la cantidad y calidad de suelos, elementos “que dan contexto y sustento al planeta”, dijo en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora este cinco de junio.
Con respecto a la efeméride –que promueve el eslogan “Alza tu voz, no el nivel del mar”–, consideró que el cambio climático es el mayor desafío ambiental de la humanidad; alrededor de este problema se tejen muchos otros como la deforestación y la contaminación que se genera por el consumo y mal uso de los hidrocarburos.
Las señales más tempranas se han dado sobre glaciares y ecosistemas costeros. “La inercia sobre la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera hacen que el incremento de dos grados en la temperatura terrestre sea prácticamente inevitable, lo que implica, entre muchas otros problemas, el que ahora se visualiza, el deshielo de los glaciares”.
Irreversible
Hoy, en la literatura científica se señala que este proceso es irreversible, lo que implicará, entre otras cuestiones, un incremento en el nivel del mar, estimado hasta en tres metros, lo que derivaría en la desaparición de numerosas zonas costeras, incluso islas enteras.
Los costos económicos y de vidas a causa de este fenómeno son totalmente inaceptables y sobre ello empiezan a tomar conciencia, incluso, países que se consideraban inmunes a este tipo de situaciones, como Estados Unidos.
“No se puede controlar el incremento del nivel del mar, la única forma sería impedir el deshielo de los glaciares, pero éstos no son como los icebergs que flotan en el océano, sino capas de hielo en la superficie terrestre; al descongelarse aumenta el nivel del mar”, explicó.
Otro impacto importante sería el metano que se liberaría a la atmósfera. Debajo de esas capas hay materia orgánica, cuyo proceso de descomposición está detenido por el hielo perenne, pero a medida que éste se funda se producirá un proceso de putrefacción que hará que masas de ese gas suban a la superficie. El efecto de calentamiento de metano es 21 veces superior al del bióxido de carbono, alertó.
En México, el cambio climático es un tema relevante y el que más se conoce “porque vivimos su impacto con huracanes cada vez más fuertes (categoría cinco) y devastadores, sequías más severas y en mayor extensión, ondas de calor extremas y recurrentes. De hecho, hemos vivido ya los meses más calientes, en el último registro rompimos los récords de temperatura. Todo este conjunto de fenómenos se conjugan de alguna manera para generar una tormenta perfecta, que es la del calentamiento global”.
Los riesgos son de tal magnitud, que debemos estar preparados para disminuir nuestra vulnerabilidad como sociedad y la de nuestros ecosistemas. Sin embargo, a diferencia de otras economías emergentes, la población carece de alertas e información de protección civil, apuntó.
“El Día Mundial del Medio Ambiente es un momento de reflexión, para hacer un llamado a los tomadores de decisiones en el mundo a cambiar el curso del barco; ya no hay tiempo, vamos directo a estrellarnos contra una pared. En otros momentos de su historia la humanidad ha probado que puede hacer las cosas de otra manera, la inteligencia y la capacidad permitirán modificar el rumbo del navío”, concluyó la universitaria.