Oaxaca, México.- El poeta y escritor argentino Juan Gelman (Buenos Aires, Argentina, 3 de mayo, 1930) falleció la tarde de este martes 14 de enero, alrededor de las 16:30 horas a los 83 años de edad en la Ciudad de México, luego de haber estado hospitalizado. En su cuenta de Twitter @rtovarydeteresa, el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa escribió: “Juan Gelman, poeta de alma mexicana, poeta mayor, ha muerto. Mi pésame a sus deudos”.
El autor de más de 30 libros y Premio Cervantes de Literatura y Premio Reina Sofía residía en la Ciudad de México desde hace más de 20 años, exiliado por la dictadura militar argentina. La familia informó que el poeta será velado mañana miércoles 15 de enero a partir de las 9:00 horas en la Funeraria García López de la colonia Juárez.
“La poesía es resistencia frente a un mundo que se vuelve cada vez más cruel, cada vez más terrible, deshumanizante, porque todo lo que pasa no está fuera de lo humano, y creo que la palabra es una forma de resistencia muy clara frente a todo esto", expresó alguna vez el poeta.
Para José Brú, Gelman Burichson, en su obra literaria podía hacer suya la desesperación e impotencia de un hombre sin trabajo, se solidarizó con los trabajadores que no ganan lo suficiente, con las obreras, con los mineros, con los peones del ferrocarril, con los niños pordioseros, con las mujeres sin techo, con las víctimas de torturas, con los prisioneros, con las víctimas de Auswitch.
El escritor condecorado el año 2000 con el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, fue hijo de emigrantes judíos ucranios. En 1948 inició sus estudios universitarios de química, mismos que abandonó para dedicarse de tiempo completo a la poesía y al periodismo, antes ejerció diversos oficios.
Su primer libro fue Violín y otras cuestiones (1956). Por su actividad periodística y política vivió en el exilio entre 1975 y 1988, residiendo alternativamente en Roma, Madrid, Managua, París, Nueva York y México, país en el que residió hasta el final de sus días.
A los 11 años publicó su primer poema en la revista Rojo y negro. En 1955 fundó, junto con otros poetas el grupo El Pan Duro. Fue secretario de redacción de Crisis, director del suplemento cultural de La Opinión y jefe de redacción de Noticias, ejerció como traductor en la UNESCO, y desde 2007 colaboró con el periódico de Buenos Aires, Página 1/2.
Para algunos estudiosos de su obra su estilo partió de un realismo crítico y del intimismo; en su poesía es constante la presencia de la cotidianeidad, el tono político, la denuncia, la indignación ante la injusticia, los niños y el exilio.
Según el acta del jurado que le otorgó el Premio Juan Rulfo, su vasta obra se caracterizó por la apropiación de múltiples facetas poéticas y culturales con las que dialoga: la poesía mística, española, hebrea –y sus vertientes bíblica y sefardí–, la poesía estadounidense y latinoamericana, la cultura popular.
En la entrega de la Medalla Bellas Artes en el año 2012, el poeta Hugo Gutiérrez Vega manifestó que la poesía de Juan Gelman está llena de preguntas y de admiraciones, misma que definió como reflexiva y lúdica.
“Juan ejerce el oficio de la poesía día y noche, con dolor, con amor, bajo la lluvia y en la catástrofe. Lo hace obligado por el dolor del mundo y por las separaciones, pero también por los besos del encuentro. Por eso trabaja con palabras que son como sangre. Su arspoética llega a un extremo solidario que supera las limitaciones del individualismo cerrado”.
La obra del autor de Cólera Buey (1965), quien manifestó que nunca se iría de México; ha sido traducida a más de siete idiomas, y condecorada con varios reconocimientos como el Premio Internacional de Poesía Mondello (Italia 1980), el Premio Nacional de Literatura de Argentina (1977), y los premios iberoamericanos de poesía Ramón López Velarde (2003), Pablo Neruda (2005), Reina Sofía (2005), y el Premio Cervantes (2007).
Carlos Monsiváis, en el texto Juan Gelman: ¿Y si Dios dejara de preguntar? Publicado en Otromundo. Antología 1956-2007, escribió que la obra del traductor es un ir y venir entre las atmósferas de todos los días y la reflexión sobre la escritura poética.
“Gelman describe casi al principio la trayectoria de su oficio, años más tarde, a su inventario fundamental añade la pesadumbre de la patria perdida, de los seres amados destruidos por la dictadura, de la revolución que no llegó, del exilio que se compensa de un modo substancial por los nuevos arraigos, de la composición de circunstancias.
“Si los temas de Gelman no son tantos, son incontables sus métodos para describirlos, incorporarlos a otras multitudes de símbolos o de realidades que fueron o serán símbolos. Él siempre es sorprendente en la medida en que sus soluciones literarias no vienen de la monotonía del hallazgo petrificado, ni de los fuegos de artificio de quien diseña sus maestrías para ya no molestarse en ejercerlas”.
Entre las obras de Gelman se encuentran los ensayos: Prosa de prensa (1997), Nueva prosa de prensa (1999), Afganistán, Iraq: El Imperio Empantanado (2003), y Miradas (2005).
Entre los títulos de poesía se cuentan: Oración de un desocupado y El juego en que andamos (1959), Velorio del solo (1961), Gotán (1956-1962), Los poemas de Sidney West (1969), Fábulas (1971), Cartas y Relaciones (1973), Hacia el Sur (1982), Com/posiciones (1986) y Anunciaciones (1988), Oficio ardiente (2005), Mundar (2007), Los otros (2008), De atrásalante en su porfía (2010), El emperrado corazón amora (2011).
En una entrevista otorgada al diario español El País, Juan Gelman señaló no creer llegar a los 100 años de edad. “Y eso que soy un pretencioso, cuando alguien me da la mano para bajarme de la camioneta le digo que no estoy tan viejo. No desdeño la vida, quiero ver casarse a mis nietos, ver si me dan algún bisnieto… Creo que Dios, si existe, debe estar aburridísimo de su eternidad”.
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría/ esta salud de saber que estamos muy enfermos,/ esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría/ esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría/ este amor con que odio, esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,/
que me juego la muerte.
Juan Gelman.