Sábado 01 de noviembre, 2014. 08:35 pm
Hoy llegaron los angelitos; mañana, los adultos
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Oaxaca, México.-En el cálido hogar de la familia Hernández que se ubica en Santa Rosa, sus integrantes han colocado un altar como lo hacen en la Costa, con la imagen de la Virgen de Juquila al centro y con las fotos de los que han integrado el viaje sin retorno.
Entre dulces típicos, pan, chocolate, fruta, mezcal, mole de gallina criolla y demás artículos de la temporada que adornaron el altar, la familia recibió la noche de ayer a los niños difuntos y esta noche esperan con ilusión a quienes partieron ya siendo adultos.
Fueron cerca de 4 mil pesos los que la familia Hernández destinó para la elaboración del tradicional altar de muertos, pero eso es poca cosa, porque esta tradición integra a la familia, señalaron.
Consideraron la tradición importante porque es una forma para recordar a sus antepasados, pero sobre todo, para seguir fomentando la festividad que no se debe perder: “nosotros somos muy tradicionalistas, consideramos tres temporadas importantes que no deben pasar desapercibidas: Semana Santa, Muertos y Navidad.
“Voy a realizar el altar como me enseñaron en mi tierra”, fue lo que le dijo Fernando Hernández Ortega -originario de Santa María Huatulco- a su esposa hace 35 años, cuando celebrando su primer aniversario de boda, festejaron juntos el “Día de Todos los Santos”.
En su localidad, describe el padre de familia, se acostumbra poner un arco adornado con flor de cempasúchil que significa la entrada para los difuntos, de ahí, aclara, el por qué todos los panteones cuentan con un arco en su entrada.
La cadena de cacahuate y las manzanitas, dice, emulan el rosario y cada una de las aves marías con su respectivo padre nuestro que se reza en el rosario católico; por otra parte, la flor de muerto, describe, prepara el camino para el difunto al igual que la borla o cresta de gallo, conocida en su tierra como Santa Teresa.
“El mezcal se lo pongo a mi papá porque era su aperitivo. Él vendrá hoy a revisar su altar, a examinar si su hijo lo puso como le enseñó y de paso, a tomarse una copita de su mezcalito”, comentó Fernando Hernández.
Así, el altar de muertos se a completa con dulce de calabaza, manzanitas en dulce, tamales y las catrinas, que a consideración de la familia Hernández, no pueden faltar porque son las que le dan realce y además, es uno de los invitados principales.
Tras la descripción de su altar, Hernández Ortega lamentó que la tradición de muertos este en decadencia pues dijo es algo palpable en su propia familia, en la cual, dos de sus hermanas no realizaron este año el tradicional altar, pero dijo también se complica debido a la situación económica.
“La situación económica del país en general está muy complicada, yo invertí mil pesos en pan, 300 pesos en flor, y de poquito en poquito con todo lo demás que lleva el altar, llegué casi a los 4 mil pesos”, agregó.
Entre dulces típicos, pan, chocolate, fruta, mezcal, mole de gallina criolla y demás artículos de la temporada que adornaron el altar, la familia recibió la noche de ayer a los niños difuntos y esta noche esperan con ilusión a quienes partieron ya siendo adultos.
Fueron cerca de 4 mil pesos los que la familia Hernández destinó para la elaboración del tradicional altar de muertos, pero eso es poca cosa, porque esta tradición integra a la familia, señalaron.
Consideraron la tradición importante porque es una forma para recordar a sus antepasados, pero sobre todo, para seguir fomentando la festividad que no se debe perder: “nosotros somos muy tradicionalistas, consideramos tres temporadas importantes que no deben pasar desapercibidas: Semana Santa, Muertos y Navidad. “Voy a realizar el altar como me enseñaron en mi tierra”, fue lo que le dijo Fernando Hernández Ortega -originario de Santa María Huatulco- a su esposa hace 35 años, cuando celebrando su primer aniversario de boda, festejaron juntos el “Día de Todos los Santos”.
En su localidad, describe el padre de familia, se acostumbra poner un arco adornado con flor de cempasúchil que significa la entrada para los difuntos, de ahí, aclara, el por qué todos los panteones cuentan con un arco en su entrada.
La cadena de cacahuate y las manzanitas, dice, emulan el rosario y cada una de las aves marías con su respectivo padre nuestro que se reza en el rosario católico; por otra parte, la flor de muerto, describe, prepara el camino para el difunto al igual que la borla o cresta de gallo, conocida en su tierra como Santa Teresa.
“El mezcal se lo pongo a mi papá porque era su aperitivo. Él vendrá hoy a revisar su altar, a examinar si su hijo lo puso como le enseñó y de paso, a tomarse una copita de su mezcalito”, comentó Fernando Hernández.
Así, el altar de muertos se a completa con dulce de calabaza, manzanitas en dulce, tamales y las catrinas, que a consideración de la familia Hernández, no pueden faltar porque son las que le dan realce y además, es uno de los invitados principales.
Tras la descripción de su altar, Hernández Ortega lamentó que la tradición de muertos este en decadencia pues dijo es algo palpable en su propia familia, en la cual, dos de sus hermanas no realizaron este año el tradicional altar, pero dijo también se complica debido a la situación económica.
“La situación económica del país en general está muy complicada, yo invertí mil pesos en pan, 300 pesos en flor, y de poquito en poquito con todo lo demás que lleva el altar, llegué casi a los 4 mil pesos”, agregó.
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