Por: Angélica Jocelyn Soto Espinosa
Trabajadoras en activo y jubiladas del Hospital General de México (HGM) levantaron el plantón que sostuvieron durante dos meses frente a la Secretaría de Salud (Ss), pero las autoridades del nosocomio siguen sin concederles plenamente los derechos laborales que demandan.
El pasado jueves 4 de septiembre, 200 trabajadoras en activo y jubiladas inconformes –que laboran en el HGM en áreas de intendencia y administrativas, o como enfermeras, médicas o especialistas– concluyeron su protesta.
Entre sus demandas está la reducción de la sobrecarga laboral, aumento salarial, permitir los ascensos y que se capacite a las y los trabajadores; además, que el personal que se supere profesionalmente pueda acceder a plazas más calificadas y que las trabajadoras que están por jubilarse puedan heredar sus plazas a hijas e hijos, tal y como ocurre en otros gremios.
Con un tendedero de pancartas, pañales sucios y toallas sanitarias, las trabajadoras también denunciaron que Gerardo García, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSS), y directivos del hospital no les aseguran condiciones dignas y seguras de trabajo, venden plazas laborales y les impiden ascender.
María de los Ángeles Cruz Guzmán, enfermera jubilada que trabajó por 35 años en el área de neurología del HGM y que participó activamente en el plantón, dijo en entrevista que la titular de la Ss, Mercedes Juan, así como las autoridades del nosocomio nunca las recibieron y en todo momento se negaron a dialogar.
No obstante, enviados de la Secretaría de Gobernación (de quienes la trabajadora omitió sus nombres) accedieron a otorgarles 50 plazas con tal de que levantaran el plantón, pero no se comprometieron a obligar a la Ss y al HGM a reformar su código interno para que las y los futuros trabajadores tengan mejores derechos.
Cabe detallar que en una entrevista pasada con esta agencia de noticias, Cruz Guzmán acusó que desde hace años la falta de personal, las jornadas excesivas, la ausencia de materiales y otros derechos laborales eran el tema central de las y los trabajadores en los pasillos y el comedor de ese hospital.
Por ejemplo, según explicó, es común escuchar que durante una jornada de trabajo las y los médicos llegaban a atender a 18 pacientes de gravedad, aun cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda no más de dos.
Además, las únicas personas que acceden a las plazas que de manera muy esporádica se abren en el HGM eran familiares, amigos y conocidos del secretario general del SNTSS y los empleados más allegados a éste, criticó.
De acuerdo con la enfermera jubilada, el número de plazas concedidas por la Segob fue limitado, ya que favoreció a menos de una cuarta parte de las y los inconformes; no obstante, según dijo, puede verse como un avance, ya que persistirán –con mesas de trabajo que ya sostienen con funcionarios de esa dependencia– en su demanda de mejores condiciones laborales y cambios estructurales.
A decir de Ángeles Cruz, la omisión de la Ss y del hospital durante el tiempo que duraron las protestas la lleva a pensar que la reforma al código interno será una conquista más difícil, pero no “quitaremos el dedo del renglón”, expresó.