Oaxaca, México.- Desde el año 2007 México ha tenido una participación constante y consistente en la Bienal de Arquitectura de Venecia, cuya edición número 14 fue inaugurada este fin de semana, con el tema Absorbiendo la Modernidad 1914-2014.
Gastón Ramírez, excomisario del pabellón de México en 2011 y 2012 en la Bienal de Arte de Venecia, destacó la importancia de que nuestro país esté presente en el encuentro, ya que se trata de la exposición internacional más importante de arquitectura y la más longeva, toda vez que inició en 1895.
Se trata de una vitrina en la que cada país se autorrepresenta y decide, más o menos coherentemente o arbitrariamente, qué es lo que quiere mostrar al resto del mundo, explicó el especialista.
Para elegir el proyecto que representará a México se lanza una convocatoria, lo cual según Claudia Tamayo, directora de la carrera de Arquitectura del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, es muy sano, pues propicia una competencia entre los arquitectos.
Para la decimocuarta edición se recibieron 29 proyectos, de los cuales el ganador resultó ser un conocido despacho de arquitectura en México, conformado por Luby Springall y Julio Gaeta; un museógrafo, Salvador Quiroz; el reconocido diseñador de iluminación Gustavo Avilés y la historiadora Catherine Ettinger, según explicó Claudia Tamayo.
Con el tema Absorbiendo la modernidad, propuesto por el curador de la Bienal, Rem Koolhaas, México está presente con el proyecto Condenados a ser modernos, que incluye ocho núcleos temáticos con dos relatos-recorridos, uno tradicional y otro vanguardista, que abarcan 100 años de historia en una aproximación a la modernidad en la arquitectura mexicana.
Julio Gaeta, doctor en arquitectura por la Universidad Federal do Rio Grande do Sul, Porto Alegre, Brasil, explicó que “a partir del título general de la bienal, nosotros arrancamos con el título que es una cita textual de Octavio Paz, quien en una de sus discusiones sobre tradición y modernidad menciona que estamos condenados a tomar el posicionamiento de ser modernos, y construirnos con base en esa modernidad. Entonces lo que proponemos es un proyecto espacial que trata de mostrar esa idea de cómo nosotros estamos viendo la modernidad".
El núcleo tradicional realiza un recorrido perimetral histórico, formado a partir de paneles con impresos de gran formato en los cuales se exhiben obras emblemáticas. El vanguardista, a través de una elipse luminosa, sucede en el centro del pabellón y se independiza de la ruta histórica perimetral plasmada en los muros.
Claudia Tamayo destacó que resulta fundamental que nuestro país esté presente en la bienal, pues se trata de “un evento importantísimo en nuestro ramo, ya que es una buena oportunidad para irradiar al mundo lo que es el talento que hay en México. Es como proporcionar a los espectadores propuestas puntuales sobre el desarrollo de México en cuestiones arquitectónicas”.
Desde su primera participación, en 2007, nuestro país ha tenido buena aceptación en la bienal. Gastón Ramírez recordó que México arrancó en este evento con un proyecto “bastante complicado y de muy difícil realización: Algunas cosas pasan más veces que todo el tiempo, deRafael Lozano-Hemmer, quien tuvo muchísima aceptación, casi 50 mil espectadores y gran impacto porque la producción fue muy espectacular”.
Después, en 2009, México presentó un proyecto de Teresa Margolles que “era muy fuerte, se llamó De qué otra cosa podíamos hablar, ligada a las temáticas que Teresa Margolles aborda, desde hace mucho tiempo, de la violencia, las drogas, los asesinatos; ese proyecto tuvo gran importancia mediática por la pertinencia del momento en que fue presentado; implicó un fuerte reto en términos institucionales, con un tema tan controversial”.
Posteriormente, con Melanie Smith y la propuesta Cuadrado rojo, imposible rosa, fue un momento de transición en la participación de México, “de una cosa tan fuerte como la de Teresa, a temas mucho más domésticos y además muy globales”, precisó Gastón Ramírez.
Finalmente, agregó el también maestro en artes visuales por la Universidad IUAV de Venecia, el Pabellón de México, que tenía que peregrinar, saltando de sede en sede, obtuvo un lugar fijo en la Bienal de Arte de Venecia en la Sala de Armas del excomplejo militar de El Arsenal, gracias a la buena aceptación de las propuestas nacionales.
“Todas estas participaciones han tenido muy buena aceptación, por una parte, el mundo del arte y la arquitectura ha reconocido que en México se están desarrollando muchas cosas y funcionan de alguna manera en circuitos internacionales, dando por descontado que hay una muy buena producción artística y arquitectónica del país y, por el otro lado, que ha sido consistente la participación de México, consistente en términos de calidad y de continuidad y esto al final de cuentas le ha dado crédito a la participación en general”.
Por su parte, Claudia Tamayo resaltó el trabajo realizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, al firmar un convenio para tener esa sede durante los próximos 20 años, ya que así “se va a propiciar que México pueda seguir teniendo una participación activa, es un acuerdo que está reciente para la ocupación del espacio y hacer una participación con los mismos pabellones de México, a través de este convenio que obviamente respalda que haya un sitio, una sede”.
La directora de la carrera de Arquitectura del Tec de Monterrey señaló que la participación de nuestro país en estas bienales ha comenzado a destacar por su nivel competitivo, pues “ha hecho un muy buen papel”.
Indicó que, por ejemplo, los concursantes que no pasan a la final en la convocatoria para la Bienal de Arquitectura de Venecia “son trabajos de mucho talento; es algo de aplaudir, porque una convocatoria donde se valora el esfuerzo y el profesionalismo de los mismos locales mexicanos está siendo valorado por un nivel de exposición de talla internacional. Es algo muy bueno”.
Finalmente, Gastón Ramírez consideró que es innegable la importancia de participar en la Bienal de Arquitectura de Venecia, “tanto como nación, que te da el prestigio de estar en la mesa de los grandes países y de la discusión global, como participante, autor, arquitecto o artista, ya que implica un prestigio fuerte, porque de alguna manera estás legitimado por el gobierno de tu propio país y te catapulta a una discusión más grande, más global y que tiene impactos e implicaciones que van más allá de las fronteras de cada uno de los países”.
Cabe señalar que la Bienal de Arquitectura es una sección de la Bienal de Arte de Venecia. En su decimocuarta edición participan 65 países, la cual fue inaugurada el 7 de junio y estará abierta hasta el 23 de noviembre.