Oaxaca, México.- Luego de 14 años, La flauta mágica, de Mozart, regresa a la sala principal del Palacio de Bellas Artes los días 11, 12, 13, 16 y 18 de febrero con una nueva producción, en la que la cosmogonía prehispánica será el ámbito en que se desarrolle una historia de amor cargada de símbolos masónicos.

El director de escena José Antonio Morales explicó que esta ópera es la que más libertad creativa ofrece a los directores, al ser ubicada en el contexto griego y egipcio, por lo que en esta ocasión se recurrió a elementos de la zona arqueológica de Monte Albán, Oaxaca, al encontrar similitudes y simbolismos con otras civilizaciones.

“Utilizamos la misma pendiente y forma geométrica de la pirámide de Chichen Itza, pero la textura del piso, pirámides, algunos frescos y una de las tumbas que se convierte en la celda de penitencia en la historia están inspiradas en Monte Albán”.

Además, con el fin de acercar más al público, los diálogos estarán en español e incluso se incorporarán dos palabras en náhuatl y una en zapoteca.

También se integra el lenguaje audiovisual, en un video en donde de manera matizada se ofrece una toma general del mundo prehispánico y la forma en que Tamino enfrenta al mundo.

Para este montaje, Rosa Blanes Rex, encargada del vestuario, destacó que los personajes lucirán piezas tejidas en telar de cintura a la usanza de la época prehispánica, gracias a la colaboración del maestro Remigio Mestas, artesano con más de 34 años de experiencia en el arte textil indígena.

“Los huipiles se elaboraron desde hace cuatro meses en la sierra norte de Oaxaca con el trabajo de un centenar de tejedores, teñidos con tintes naturales, sencillos y coloridos como un homenaje a nuestra cultura”.

José Antonio Morales agregó que todos los huipiles y tocados están inspirados en la figura de la serpiente emplumada, como representación del bien y la abundancia, y aseguró que una de las lecciones más importantes de La flauta mágica es la intensidad de la música, que ahora es interpretada por la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes con la dirección concertadora de Iván López Reynoso.

“Tamino descubre el poder que se le ha dado y es el que hace que regrese la serpiente emplumada como un animal que tiene la salvación, por medio de la música; es un simbolismo más”.

En la historia, el príncipe Tamino es perseguido por una serpiente gigante, se adentra en el bosque tratando de huir, pero ha entrado en territorio de la Reina de la Noche, sin saberlo. Allí llegará a un acuerdo con la reina para conseguir la mano de su hija a cambio de que la libere del secuestro en la que la tiene sometida Sarastro.

Tamino, acompañado del pajarero, se dispondrá a salvar a su amada Pamina, sin embargo al llegar al reino de Sarastro, se da cuenta que la realidad es otra y decide quedarse allí, al lado de su amada y lejos de la reina.

Para quedarse y pertenecer al templo de los sabios, habrá de pasar una serie de pruebas que deberà superar. Al final, la obra se convierte en un cuento en el que se enarbola la importancia de la trascendencia humana.

La ópera en dos actos, que se presentará en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, contará con los papeles principales a cargo de Lourdes Ambriz, Ernesto Ramírez, Maribel Salazar y Diego Silva.

La soprano Maribel Salazar, quien alternará funciones con Lourdes Ambriz y debuta en el papel de Pamina, mencionó que el personaje requiere de color de voz y carácter adecuado al tratarse de una mujer joven, valiente y dulce que vive entre la luz y la sombra.

Lourdes Ambriz adelantó que será una puesta en escena sui generis que se presta para enriquecerse con otras visiones: “El punto de contacto entre las culturas es esta cosmogonía y conciencia entre la dualidad: noche y día”.

Para Ernesto Ramírez se trata de una propuesta que no se había hecho nunca en México y busca darle auge a nuestras culturas prehispánicas, a través del cosmos y el culto a los dioses. El tenor alternará funciones con Diego Silva, quien debuta en la ópera de Bellas Artes en el papel de Tamino, un hombre que busca sabiduría y una respuesta del mundo para descubrirse a sí mismo.

El barítono José Adán Pérez, quien dará vida a Papageno y alternará el papel con Josué Cerón, aseguró que es un drama cósmico lleno de símbolos y cosas ocultas.

Tamás Bátor, quien interpretará a Sarastro, dijo que su personaje representa el amor, el Sol y la fertilidad en una obra cuya música permite encontrar la amistad y la fraternidad, lo cual convierte a Mozart en uno de los más grandes compositores de la historia.

El resto del elenco estará conformado por Íride Martínez, como la Reina de la Noche; Charles Oppenheim, como el orador; Anabel de la Mora y Adriana Valdés, alternan el papel de Papagena; y los tres genios a cargo de los integrantes de la Schola Cantorum de México: Paulina Rodríguez, Michelle Tapia y Elia Carbal, Ana Cano, Karla Castro y Mariana Sotelo.