Oaxaca, México.- Alumnos de la sección de cuerdas de Instrumenta Oaxaca se presentaron en la Capilla del Centro Cultural San Pablo para ofrecer un concierto con música del compositor cubano Leo Brouwer.

Un nutrido público oaxaqueño, nacional y extranjero se dio cita al recinto cultural ubicado en el Centro Histórico de Oaxaca, para ser parte de la experiencia musical del programa denominado Diálogos con Leo Brouwer.

La tarde de este miércoles, ante el imponente retablo de la Capilla, desfilaron más de 10 jóvenes guitarristas que participan en la Jornada Académica de Instrumenta Oaxaca para ofrecer al público una muestra de su talento con la interpretación de obras del guitarrista cubano, homenajeado en esta edición del programa musical, así como de otros compositores, tanto clásicos como contemporáneos.

Thomas Müller-Pering, el maestro de los jóvenes músicos, también fue testigo de la ejecución musical de un programa artístico que arrancó con Sonata en dos movimientos de Joaquín Turina (1882-1949), cuya interpretación estuvo a cargo de Edwin Montes.

Posteriormente, en el mismo escenario, y ante un público, que como en otras ocasiones abarrotó el lugar, el joven músico David Bazaldúa Barragán tomó el escenario para tocar la Suite para laúd BWV 997, de J. S. Bach.

La primera pieza de Leo Brouwer que se escuchó en la Capilla fue Estudio XIX, interpretación que estuvo a cargo de Manuel Iván Caballeros Hernández, quien también dio muestra de sus dotes musicales con la ejecución del Preludio Nº 1 del director de orquesta y compositor brasileño Heitor Villalobos (1887-1959).

El programa también incluyó la Sonatina meridional de Manuel M. Ponce (1882-1948), que estuvo a cargo del joven músico Alejandro González. Aqua Vitae, pieza original de Cutberto Córdoba, que llenó de notas musicales la Capilla a través de la guitarra de José Meza López.

Una vez más la música de Turina se escuchó a través de Ráfaga, pieza con la que Jorge Iduma Castro deleitó a los asistentes, quienes, a pesar del frío, permanecieron atentos al concierto.

La Capilla también sirvió como escenario del joven guitarrista César Aquino, quien se encargó de interpretar El testamento de Amerlia de M. Llobet (1978-1938), al igual que la Sonata K. 483 de Scarlatti, una obra referencial del siglo XVIII.

La primera parte de este programa musical llegó con otra pieza de Leo Brouwer, en esta ocasión fue Enrique Pedregal, quien tomó su guitarra para hacer sonar La espiral eterna, pieza que le permitió lucirse ante la audiencia.

Dios nunca muere, el clásico oaxaqueño que se ha convertido en el himno de todo un pueblo, sonó anunciando el inicio de la segunda parte del programa sonoro. La pieza de Macedonio Alcalá (1831-1869) sonó en la Capilla a través de arreglos específicos para este tema.

La variedad musical de esta noche se volvió a distinguir con la Sonata III de Manuel Ponce, que en sus dos movimientos permitieron a Edgar Barrón Velázquez experimentar diversos sonidos con su guitarra.

Caracterizado por incluir obras de jóvenes compositores, la segunda parte del programa acercó al público a piezas como Murales de Jean Angelus Pichardo, que se escuchó en este recinto con la guitarra de José Pita. Toquines, una pieza contemporánea y experimental de Armando Luna (1964) se escuchó con la participación musical de Jorge Birrueta.

El final llegó casi a las 20 horas de este miércoles con la interpretación de dos de las piezas de Brouwer: Elogio a la danza, que corrió a cargo de Juan Carlos Palacios, y Sonata, obra musical que se escuchó con el talento y la guitarra de Erik López.