Oaxaca, México.- El tema de la identidad, uno de los conceptos que examinó a fondo el poeta y ensayista Octavio Paz, como se puede apreciar en su libro El laberinto de la soledad, fue abordada por los especialistas Juan Goytisolo, Juliana González, Jesús Silva-Herzog Márquez y Tzvetan Todorov, con la moderación de Juan Villoro, durante el encuentro intelectual Octavio Paz y el mundo del siglo XXI, que se realiza el 27 y 28 de marzo en la sede de El Colegio de México.

Durante esta mesa de debate que se realizó en el contexto del Centenario del Nacimiento de Octavio Paz, los cuatro participantes reflexionaron sobre los desafíos y los límites que puede tener la identidad.

El novelista y ensayista español Juan Goytisolo, leyó algunos fragmentos de un ensayo titulado Octavio Paz contra la onfaloscopía hispana, en el que precisó que con su literatura Paz se abrió un mundo y nos lo abrió a sus lectores.

“Como español sin ganas (la frase es de Luis Cernuda), que por espacio de medio siglo se ha esforzado en reivindicar, con escaso éxito, la aún regateada singularidad cultural hispana, y que no cree en ensimismarse en la miope contemplación del no siempre precioso ombligo, ha optado por ver su cultura a la luz de otras culturas y su lengua a la luz de otras lenguas; y por la intemperie de una situación centrífuga y periférica, sabiendo que la curiosidad es un don y que la mirada de los demás forma parte del conocimiento global de nosotros mismos, quiero testimoniar mi deuda con Octavio Paz, por su fecunda labor tanto en el campo de un saber sin fronteras, como en el de la poesía”, señaló Goytisolo.

Juliana González, investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigadores y actualmente directora del Seminario de Investigación de Ética y Bioética de la UNAM, hizo un llamado a asumir una ética en donde se respetara vitalmente la otredad.

“Si la poesía es para Paz la casa de las presencias, lo es porque en ella se realiza el prodigio de que los contrarios se unifican, y lo es porque la palabra poética en Octavio Paz no es sólo Arte superior, sino porque a la vez su alcance es existencial, es ético, político, erótico y muy probablemente místico en el sentido más paciano, es memoria, deseo y revelación”, dijo la investigadora de la UNAM.

El crítico literario, filósofo y analista cultural que se autodefine como historiador de las ideas,  Tzvetan Todorov, se refirió al tema de la tecnología como un sustituto de la política y al gran supermercado mundial, a la libertad entendida como una forma del consumo. Mientras tanto, Jesús Silva-Herzog Márquez aludió, a partir de Octavio Paz, a la búsqueda del “nosotros”, del deseo de una filiación que se sumara con el otro sin negarlo.

“Paz lo dice puntualmente en tres líneas: Llévame al otro lado de esa noche a donde yo soy tú, somos nosotros; al reino de los pronombres enlazados”, refirió Silva-Herzog Márquez, maestro en Ciencia Política por la Universidad de Columbia, en Nueva York y profesor de tiempo completo del Departamento de Derecho del Instituto Tecnológico Autónomo de México, ITAM.

El encuentro Octavio Paz y el mundo del siglo XXI, continuará el viernes 28, en El Colegio Nacional, con las mesas La democracia en el orbe iberoamericano, donde conversarán Jorge G. Castañeda, Jorge Edwards, Celso Lafer y Julio María Sanguinetti. Mientras que en la mesa La letra y el cetro: los intelectuales y el poder, se recordará cómo Paz fue crítico con los totalitarismos de todo signo y también del sometimiento del intelectual a las tentaciones o las presiones del príncipe. Christopher Domínguez, Michael Ignatieff, Mark Lilla y José Woldenberg, señalarán los modos en que esta relación entre el poder y la intelectualidad se ha transformado a la par que sus focos han mudado de posición.