Anayeli García Martínez, enviada
Cimacnoticias | Tapachula, Chis.-Con tres reencuentros y la localización de seis personas desaparecidas, concluyó este domingo la X Caravana de Madres Centroamericanas “Puentes de Esperanza” que tuvo como último logró la ubicación de María Luisa Herrera, hondureña que salió de su país en 2006 y se estableció en México y quien fue localizada este 5 de diciembre en Tapachula, Chiapas.
La mañana del 5 de diciembre una comitiva de nueve madres centroamericanas recorrió los bares y restaurantes de Tapachula con la idea de hablar con las meseras y encontrar pistas para dar con el paradero de sus hijas o hermanas que desaparecieron en su camino desde Guatemala, Honduras, Nicaragua o El Salvador hacia Estados Unidos.
Las mujeres buscaban a sus familiares y a una decena más de jóvenes no localizadas, entre ellas la hondureña Dilcia Verónica Herrera quien salió de su país el 3 de diciembre de 2002. La madre de Dilcia no pudo venir a esta caravana pero envió la fotografía de su hija para que fuera exhibida en lugares públicos.
La comitiva de la caravana llevó la fotografía de Dilcia al recorrido por los restaurantes y bares de Tapachula. Esa imagen estuvo en cada lugar donde las mujeres se detuvieron a exponer sus casos y por fortuna en cada lugar hubo jóvenes –que trabajan como meseras– que dijeron conocer a Dilcia o haberla visto.
Algunas de ellas comentaron que la mujer de la fotografía se les “hacía conocida” pero la que ellas habían visto era más delgada; las afirmaciones se repitieron varias veces lo que daba lugar a una pista más sólida. Al final del recorrido, la comitiva llegó a un bar donde una mujer dijo conocer a Dilcia y su domicilio.
Con esa información las madres se trasladaron a la casa señalada como la de Dilcia, pero cuál fue su sorpresa que al llegar a ésta la mujer que las recibió no era ella sino María Luisa Herrera, hermana de Dilcia, sólo que María Luisa no era buscada pues la creían muerta.
El encuentro entre las madres centroamericanas y María Luisa se volvió confuso hasta que pudieron explicar lo sucedido. Dilcia y María Luisa son hermanas; la primera salió de Honduras en 2006, cuatro años después que su hermana María Luisa, quien salió en 2002. Su madre no había vuelto a saber nada de ambas, y para esta caravana sólo se mostró la fotografía de Dilcia.
La noche del pasado viernes, María Luisa Herrera, de ahora 27 años y sus dos hijos menores de edad de nacionalidad mexicana, llegaron al Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdoba, donde la caravana de madres centroamericanas la recibió con júbilo.
Entrevistada por los medios de comunicación, María Luisa contó que se quedó a vivir en Tapachula pero sin querer perdió comunicación con su familia. “De hecho tenía el número de mi mamá y de mi hermana, o se me perdió, pero yo marcaba y nadie me contestaba, y con el último (número telefónico) que me dio mi mamá me contestaba otra mujer que me decía que no conocía a mi mamá”.
Sobre el encuentro con las madres centroamericanas dijo estar contenta. “Estoy feliz porque al fin voy a saber algo de mi mamá y pues triste por otro lado, le pido a Dios ojalá encontrar a mi hermana. Yo no sabía que ella había salido para acá. De hecho estaba pensando en ir en febrero a Honduras”, dice María Luisa quien sobrevive trabajando de noche como mesera en un bar restaurante.
Ahora lo que sigue es que Leonor Hernández, madre de estas hermanas, pueda hablar con su hija, mientras continúa la búsqueda de Dilcia.
LOGROS DE LA CARAVANA
Con las pistas recabadas durante el recorrido de 23 localidades en 10 estados de la República se logró el reencuentro (en Veracruz) entre el hondureño Oswaldo Martínez Guerra y su hermana Leonila Guerra, quienes tenían 17 años de no verse; y el reencuentro (en Hidalgo) entre los hondureños José Yanel Navarro Valle y su madre María Delmi Navarro, que también estuvieron separados por 15 años.
Otra hondureña afortunada fue Juana Oliva Vázquez quien localizó a su hijo Carlos Humberto Murillo, en el reclusorio de Santa Martha Acatitla, ubicado en la Ciudad de México, donde permanece recluido, condenado a 50 años de prisión por el delito de homicidio.
“Casualmente” las autoridades del Reclusorio Norte entregaron a la caravana una lista de centroamericanos detenidos. Apenas hace un par de días las madres terminaron de revisarla y encontraron que también están presos los hondureños Orlin Ulises Velázquez Murillo y Adán Murillo Sánchez, ambos eran buscados por sus madres María del Carmen Murillo García y Herlinda Sánchez, respectivamente.
Además de estos casos, el Movimiento Migrante Mesoamericano logró saber el paradero de cuatro personas más que estaban desaparecidas; ellas son la hondureña Karla Patricia Sánchez, la salvadoreña María Teresa Heredia y el salvadoreño Julio Cesar Rivera, quienes ya están en contacto con sus familiares en sus países de origen.