Oaxaca, México.-Seguimos en Canarias informando de todas las novedades del Festival Starmus que ha reunido a un elenco espectacular de personalidades científicas, astronautas y Premios Nobel. Por supuesto el momento estrella del evento ha sido la charla que el astrofísico Stephen Hawking ofreció ayer en el auditorio del Palacio de Congresos Magma en el sur de Tenerife. Agradecemos al astrofísico y divulgador Daniel Marín que nos está acompañando y ayudando durante la semana que está durando este interesante recorrido espacial.
Y por supuesto el científico británico sigue despertando pasiones y su conferencia fue seguida por más de seiscientas personas. Como de costumbre Hawking no defraudó.
¿Y si nuestro Universo fuera como un holograma?
El famoso científico considera que el Universo que vemos podría ser en realidad una ilusión. Del mismo modo que un holograma es un objeto en dos dimensiones que simula tener tres dimensiones, nuestro Universo de cuatro dimensiones (tres espaciales más una temporal) podría ser en realidad una estructura de tres dimensiones que ‘parece’ tener cuatro.
[Te interesará: El nuevo objetivo de Hawking: convertirse en astronauta]
Estas y otras teorías sobre el origen del Universo fueron expuestas por Hawking durante su conferencia. Hawking hizo un repaso a los distintos intentos por comprender el origen del Universo desde la antigüedad hasta nuestros días, una aventura del conocimiento que se ha topado en varias ocasiones con la intransigencia de las instituciones y organizaciones religiosas de todas las épocas. No en vano, y como cuenta la leyenda, ya en el siglo IV Agustín de Hipona (San Agustín) se hizo la pregunta de qué estaba haciendo Dios antes de crear el Universo. ¿La respuesta?Preparando el infierno para aquellos que osasen preguntar tales cuestiones.
Hubo que esperar al siglo XX para que la ciencia confirmase que el universo tuvo un origen. El descubrimiento en los años 20 de la expansión del Universo por parte de Georges Lemaître y Edwin Hubble obligó a introducir la hipótesis de que el tiempo tuvo que tener un origen. Pero la comunidad científica se resistió a aceptar la idea del Big Bang.
Hasta los años sesenta la teoría científica más popular sobre la concepción del Universo era el ‘estado estacionario’, una hipótesis que intentaba conjugar la expansión de las galaxias con un Universo eterno. Finalmente, el descubrimiento de la radiación del fondo cósmico de microondas -el calor residual de la creación- por parte de Penzias y Wilson (que también está estos dias en el Festival Starmus) afianzaría definitivamente la teoría del Big Bang como la mejor hipótesis para explicar el origen del Universo.
[Relacionado: Motor de magnetoplasma, nuestra mejor baza para viajar a las estrellas]
Pero la teoría original del Big Bang no estaba exenta de problemas. El propio Hawking, trabajando conjuntamente con Roger Penrose, se dio cuenta de que en el momento mismo de la creación la relatividad general de Einstein toda la materia del Universo tuvo que estar concentrada en un punto de infinita densidad, un engendro de la física que los científicos conocen como singularidad. Pero una singularidad no puede ser explicada por las leyes actuales de la física, así que Hawking dedicó años a intentar eliminar la singularidad de las ecuaciones del Big Bang.
Y lo consiguió. Gracias a la introducción de la mecánica cuántica, Hawking fue capaz de quitar la engorrosa singularidad, permitiendo que el Big Bang pueda ser estudiado directamente. De acuerdo con su teoría, el origen del tiempo no sería más singular que el polo norte o el polo sur de nuestro planeta. Ambos polos son puntos singulares en nuestros sistemas de coordenadas, pero sin embargo podemos caminar por ellos sin problemas.
La unión de la mecánica cuántica con la relatividad general ha llevado a Hawking a desarrollar una teoría de la creación del Universo que no precisa de ninguna intervención divina(aunque tampoco la niega frontalmente).
Si esta teoría es cierta, el Universo habría nacido literalmente de la nada como producto de perturbaciones cuánticas. Y no sólo eso. Existirían infinitos Universos como el nuestro que estarían naciendo y muriendo constantemente, aunque nos es imposible conocer nada sobre ellos.
Para confirmar las ideas de Hawking necesitamos que los físicos teóricos logren desarrollar de forma exitosa una teoría que combine la relatividad general y la mecánica cuántica, una tarea en la que miles de científicos de todo el mundo llevan embarcados varias décadas.
Este origen cuántico podría tener unas consecuencias dramáticas. Según Hawking, el campo del famoso bosón de Higgs, descubierto recientemente, podría estar en un estado de falso vacío. ¿Y qué quiere decir esto? Que el campo es inestable y que en cualquier momento alguna región del Universo podría realizar la transición al vacío verdadero, creando una esfera de destrucción que arrasaría el Universo expandiéndose desde dicha región a la velocidad de la luz. Eso sí, la probabilidad de que algo así pueda suceder es prácticamente despreciable.