Oaxaca, México.-La Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) esperaba contar con más policías mexicanos debidamente aprobados para trabajar directamente con agentes especiales en ciudades fronterizas de Estados Unidos, dijo el 7 de febrero de 2008 William Hoover, director asistente de Operaciones de Campo de esa agencia, a miembros del Congreso estadunidense.
“Los agentes (de la ATF) están dedicados de tiempo completo a compartir inteligencia con el gobierno mexicano como un medio para recopilar información en tiempo real sobre importantes aseguramientos de armas de fuego que se originaron dentro de Estados Unidos durante el año pasado”, dijo Hoover entonces a los integrantes del Comité de Asuntos Exteriores y del Subcomité del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes.
Los dichos de Hoover forman parte de las 64 mil 280 páginas de documentos de Rápido y Furioso que el Comité de Supervisión y Reformas Gubernamentales presidido por el republicano Darrell Issa, dio a conocer como una “victoria de la transparencia” horas antes de que los estadunidenses acudieran a las elecciones de 38 gubernaturas y de 435 curules de la Cámara de Representantes y de 33 de las 100 curules del Senado.
“ATF está preparando un Memorando de Entendimiento con México para proporcionar entrenamiento de e-Trace (un programa de ATF para el rastreo de armas de fuego por internet) a nueve consulados en México”, dijo. Y precisó que el Proyecto “Gunrunner” —para “dejar caminar” deliberadamente las armas hasta que llegaran a los cárteles de la droga — contaba entonces con 100 agentes especiales, siendo El Paso, Texas, su principal centro de operaciones (“clearinghouse”).
Hoover precisó que de los años fiscales de 2006 a 2007, el área bajo su cargo tuvo un aumento de casi 100 por ciento “en el número de peticiones de rastreos (de armas) de parte de México” y que contemplaban una eventual implementación del programa de rastreo e-Trace en español que se extendería a Centroamérica si el gobierno autorizaba 2 millones de dólares tomados de la Iniciativa Mérida.
“ATF también forma parte de la Iniciativa Mérida recién anunciada por la administración”, dijo.
En dicha comparecencia Hoover informó también que las armas de Rápido y Furioso que causaron decenas de miles de muertes en México, llegaron provenientes principalmente de Phoenix, Arizona , de McAllen, Houston, Dallas en Texas, de Nuevo México, California, pero también de Florida y en menor medida de todo Estados Unidos. Los documentos revelan que algunas provinieron originalmente de países como Rumania.