Oaxaca, México.- “¿Cómo hablar de avance si uno de cada ocho habitantes del planeta sufre hambre, ocho millones de niños mueren al año por la pobreza y si cada tres segundos fallece un infante por desnutrición y falta de agua potable?”, cuestionó Bernardo Kliksberg, asesor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés).
En la conferencia inaugural del CongresoPolítica Social y Sociedad Civil: Retos para Alcanzar la Equidad y la Justicia Social, organizado por la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, indicó que según la Unicef, dos mil millones de personas padecen hambre silenciosa y carecen de micronutrientes fundamentales como el fluoruro, yodo, zinc y vitaminas C, A, E y K. “Para cubrir esas necesidades, se necesitarían 0.25 centavos de dólar por cabeza, pero en vez de eso, el mundo invierte dos millones de dólares cada segundo en armamento”. En el orbe se vive una serie de “escándalos éticos” como el que, con una población de siete mil millones, el planeta produzca alimentos para 12 mil millones de personas y aún así persista el hambre. Sobre aspectos como la robótica, Internet y las nuevas tecnologías, expuso que sus beneficios palidecen al considerar que aún hay familias desesperadas que emigran de África al primer mundo para sobrevivir y que los intentos registren altas tasas de muertes; también, que quienes llegan a su destino sean maltratados por el resurgimiento de movimientos xenófobos y partidos políticos de extrema derecha. El precursor de la ética para el desarrollo señaló que en la actualidad abundan paradojas crueles, como que en Guatemala –un país productor de alimentos– ser indígena y estar hambriento sean sinónimos. “El problema no es generar comestibles, sino acceder a ellos en una de las áreas de mayor especulación en el mundo”. En cuanto a los recursos hídricos, estableció que 900 millones de individuos carecen del líquido potable. Según la ONU, en el mundo hay niños que tardan hasta seis horas en encontrar qué beber y más de la mitad de las camas de hospitales en el orbe están ocupadas por pacientes que ingirieron agua contaminada. De las instalaciones sanitarias, dos mil 600 millones de personas a nivel global carecen de alcantarillado y desagüe, lo que deriva en enfermedades gastrointestinales. Además, mil 400 millones de humanos carecen de electricidad y cocinan con leña y troncos, lo que contamina y provoca enfermedades. Según datos de ONU Mujeres, se han registrado 603 millones de agresiones contra el género femenino en países donde los ataques físicos no representan delito, además de que hay cuatro millones de desaparecidas que podrían haber sido objeto de violencia doméstica o de denuncias nunca investigadas. Reportes de la revista
The Economist —apuntó el también asesor de la Organización Internacional del Trabajo— refieren que 300 millones de jóvenes están desocupados y sin posibilidad de formarse académicamente. En España y Grecia los niveles de desempleo del sector alcanzan el 60 por ciento y las opciones para allegarse ingresos suelen ser de corto plazo. Aunque 2013 fue un mal año en el aspecto económico, los miembros de las 300 mayores fortunas del mundo ganaron 524 mil millones de dólares. Se calcula que percibieron individualmente mil 746 millones de dólares, en promedio, mientras que los pobres apenas juntaron 456 dólares anuales, concluyó.