Por: Lourdes Zambrano /Agencia Reforma
Oaxaca, México.-El primer centenario del nacimiento de Gunther Gerzso se celebra hoy sin una exposición de su obra. El artista mexicano fue un enlace entre dos generaciones, la Escuela Mexicana de Pintura y la Ruptura.
"A partir de él, de Mathias Goeritz y de Carlos Mérida es que aparece la generación de Manuel Felguérez, Vicente Rojo, Lilia Carrillo, y otros más", apunta Edgardo Ganado Kim.
"Es un interlocutor entre las vanguardias en México y en Europa. Muchas veces se hace una separación entre lo nacional y lo internacional. Él es uno de los que nos deja ver que no hay esa separación", dice Karen Cordero, catedrática en historia del arte de la Universidad Iberoamericana.
Uno de los coleccionistas de su obra fue Álvar Carrillo Gil, cuyas compras hoy forman parte de la colección del museo que lleva su nombre.
Gunther Gerzso fue hijo de Oscar Gerzso, un inmigrante húngaro que falleció algunos meses después del nacimiento de su hijo único con la alemana Dore Wendland. Su madre contrajo segundas nupcias con un joyero alemán. En 1922 la joven familia viajó a Europa afectada por el desorden económico prevaleciente tras la Revolución mexicana.
Dos años más tarde regresaron a México, pero el matrimonio pronto se disolvió. La estrechez económica obligó a Dore a enviar a su hijo a Lugano, Suiza en donde se encontró en medio de la colección de pinturas de su tío, el Dr. Hans Wendland, que incluía trabajos de Pierre Bonnard, Rembrandt, Paul Cézanne, Eugéne Delacroix y Titian.
Siendo un adolescente, Gunther conoció a Paul Klee y más tarde al notable diseñador Nando Tamberlani, quien lo introdujo al mundo del teatro.