Cervantes pidió eso en agradecimiento a los Trinitarios que lo liberaron tras estar más de cinco años preso en Argel (1575-1581) por piratas turcos
Tal como el escritor quería en vida, su cuerpo descansa desde hoy en un monumento instalado en la iglesia de San Ildefonso, en el convento de Las Trinitarias
Los restos de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) descansan a partir de hoy en un monumento instalado en la iglesia de San Ildefonso del convento de Las Trinitarias de esta capital, tal como lo deseaba el autor de “Don Quijote de La Mancha”.
En un acto celebrado en ese lugar, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el director de la Real Academia Española (RAE), Darío Villanueva, develaron la placa conmemorativa y monumento en homenaje al escritor, que los ciudadanos podrán visitar este fin de semana.
En la placa conmemorativa está escrito un texto redactado por la RAE: “Yace aquí Miguel de Cervantes Saavedra. 1547-1616. El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir. Los trabajos de Persiles y Segismunda (1616)”.
La reubicación de los restos de Cervantes se hizo después de que fueran localizados en marzo en una cripta en otro punto de ese convento, junto a los de su esposa y los de otras personas, y con ello se cumple con su deseo testamentario de ser enterrado en ese lugar.
Cervantes pidió eso en agradecimiento a los Trinitarios que lo liberaron tras estar más de cinco años preso en Argel (1575-1581) por piratas turcos, que interceptaron el barco en que viajaba de Nápoles a España.
El escritor fue enterrado el 23 de abril de 1616 y en 1697 sus restos fueron trasladados a otra cripta también en ese convento junto a su esposa Catalina de Salazar y otras 15 personas, y fueron encontrados en marzo pasado por un equipo de científicos.
Además, Cervantes recibió honores militares como saldado de sus ejércitos que fue, al haber participado en la Batalla del Lepanto en 1571.
En el evento también participaron el general Antonio Nadal Pérez, del Ejército de Tierra, y el vicario del Arzobispado de Madrid, Joaquín Martín Abad.
Fuente: El Universal