El Economista
Oaxaca, México.-El escritor y filósofo italiano Umberto Eco ha causado revuelo debido a las declaraciones que realizó el miércoles frente a un grupo de periodistas de Turín, a quienes dijo que las redes sociales “le dan la palabra a una legión de idiotas”. Eco pidió a la prensa crear un filtro para mejorar la calidad de la información en los medios.
Las reacciones han sido polarizadas en Internet. Hay quienes apoyan a Eco, experto en semiótica y Premio Príncipe de Asturias en el 2000, los que tratan de resignificar sus palabras y quienes lo critican fuertemente.
Según informó el diario italiano La Stampa, Eco lanzó estas frase a los periodistas: “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los necios”.
Umberto Eco atacó a los internautas en la conferencia de prensa llevada a cabo en el Gran Palacio de la Real Escuela de Equitación en Turín, lugar en donde se le fue otorgado el honoris causa en Comunicación y Cultura de los Medios de Comunicación por el rector de la Universidad de Turín, Gianmaria Ajani. Esta misma institución lo vio matricularse en filosofía en el año de 1954.
“La televisión ha promovido al tonto del pueblo, con respecto al cual el espectador se siente superior. El drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad”, dijo Eco e hizo una invitación a los medios a “crear un filtro de información con un equipo de especialistas en Internet, porque nadie es capaz de entender hoy en día si un sitio es de confianza o no”.
Lo dicho por Eco tiene un especial interés en este momento, debido a que hace un par de días Tim Hunt, miembro de la Royal Society y merecedor en el 2001 al premio Nobel de medicina por su trabajo en fisiología, dio a conocer su postura sobre la participación de las mujeres en los laboratorios, tachándolas de “sensibles y enamoradizas”.
Esto desató una cascada de comentarios en las redes sociales y la creación de la campaña #DistractinglySexy, lo que llevó al científico a renunciar a su puesto de profesor honorario en el University College de Londres.