Oaxaca.- El Foro Suena la FILO fue el escenario donde se presentó este jueves la compañía Teatro de Sordos “Seña y verbo”, dirigida por Alberto Lomintz, con la obra “El misterio del circo donde nadie oyó nada”.
El público estuvo conformado por niños, adolescentes y jóvenes, tanto sordos como oyentes. La historia es la de una detective oyente que debe aprender a comunicarse, primero mediante gestos y luego a través del lenguaje de señas con los actores de un circo donde nadie oye nada, ni los payasos, ni el domador de leones, ni los magos.
Teatro de Sordos “Seña y verbo” está integrada por actores silentes que combinan su actuación con músicos o actores oyentes. Su propósito es proponer una forma distinta de arte escénico dirigida a todo público incluido el de sordos, comentó Daniela Flores Serrano, productora de la misma.
Formada hace 22 años, “Seña y Verbo” se ha presentado en escenarios de Estados Unidos, Suecia, España, Colombia, así como en pequeños municipios de todo el país.
Además de ser una compañía teatral, es también una escuela que capacita continuamente a actores sordos para que se desarrollen con toda normalidad, dado que no existen en México escuelas de arte para este sector.
“Bueno, no existen ni universidades donde ellos puedan hacer una carrera, por eso queremos hacer una especie de universidad para actores sordos”, agregó Flores Serrano.
La productora, precisó que no se trata de un grupo de teatro asistencialista que busque “incluir” de manera altruista a los sordos al arte escénico, porque no se trata personas discapacitadas, como las quieren ver el gobierno u organismos privados de asistencia.
“Ellos son personas como cualquiera de nosotros con la única diferencia que carecen del sentido del oído, pero tienen todas sus capacidades como cualquier otra persona: caminan, leen, escriben, trabajan, sueñan, se divierten. Nosotros no pensamos la inclusión, la llevamos a la práctica todos los días”.
No existe un propósito de enseñarles a que se adapten al mundo oyente, quienes hablan y oyen aprenden el lenguaje de señas mexicanas para poder interactuar con ellos.
“Eduardo Domínguez, por ejemplo, es extremadamente talentoso, es un gran actor, un gran director, un gran pensador, y es sordo. Roberto Elías de Loera también es un creador maravilloso. Yo percibo que mis compañeros crecen todo el tiempo y yo crezco con ellos”, manifestó
Para dar una idea de cómo en México no existen políticas públicas orientadas al sector de los sordos, Daniela Flores recordó que hace diez años ni siquiera estaba reconocido el lenguaje de señas mexicanas.
Finalmente, expresó su agrado por el público que asistió a la FILO a su función, muy equitativo entre niños y jóvenes sordos y oyentes, entremezclados y disfrutando de la obra de igual manera.
La única diferencia es que unos aplaudían juntando las manos, y otros lo hacían agitando las manos cual mariposas por arriba de sus cabezas.