D, Estrada/IGAVET
Oaxaca, México.-.- En esta región, existen cuatro albergues, habitados en su mayoría, por menores de edad que han sido abandonados y otros por haber sufrido diferentes tipos de violencia, principalmente, por sus propios padres.
Así lo dio a conocer Oscar Noé Martínez Morales, procurador de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia del Sistema para la Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en esta entidad, quien agregó, que el abandono de los infantes por parte de sus padres en esta región y en el Estado, ha incrementado, por lo cual, dijo que en coordinación con las autoridades municipales, buscarán con nuevas estrategias erradicar la problemática.
“En Oaxaca, tenemos 22 albergues de los cuales, 20 son privados y dos públicos, entre ellos, hay 789 niños que se encuentran por diversas razones, pero en su mayoría porque fueron abandonados, por ello, estamos haciendo un trabajo de concientización para la reintegración familiar, pues muchos de los menores si cuentan con familia, pero otros están completamente solos; en este caso, buscamos que puedan ser adoptados con una campaña”, mencionó.
Subrayó que el abandonó prevalece mayormente por la madre, máxime, por la falta de recursos, aunque también, dijo que existen casos en donde la progenitora toma dicha decisión por preferir continuar con su vida alado de otra persona y deslindarse de responsabilidades.
“Tenemos varios reportes de maltrato en la entidad; lamentablemente la falta de denuncia tiene que ver mucho para que este problema se siga agravando, pues al mes recibimos un promedio de 20 denuncias por maltrato o violencia hacia menores, cifra que está muy lejos de la realidad debido a la falta de cultura para declarar”, apuntó.
Martínez Morales, puntualizó que otro tipo de abuso que siguen sufriendo los menores, es la explotación laboral, toda vez que los padres utilizan a sus hijos para pedir limosna, vender chicles en semáforos y hasta limpiar vehículos hasta en horas nocturnas recorriendo bares y centros nocturnos donde ponen en riesgo su integridad física y emocional.