Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias |
Oaxaca, México.-El derecho a decidir de las mujeres indígenas y afromexicanas, quienes enfrentan severos obstáculos para acceder a servicios de salud y educación, también pasa por el respeto a su cosmovisión y sus ideas en torno al aborto, por lo que las intervenciones que se planteen desde políticas públicas deben tomar en cuenta estas diferencias culturales.
En el tercer webinar que la Coalición por la Salud de las Mujeres realizó como parte del Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, que se conmemoró este lunes 28 de septiembre, Libertad Enríquez Abad, coordinadora del Programa de Jóvenes de Salud Integral para la Mujer (Sipam), destacó las diferencias culturales que viven las indígenas y afromexicanas, y que tienen un impacto directo en su acceso al aborto seguro.
Mediante la conferencia virtual “Interculturalidad, retos pendientes”, la especialista –quien también participó en nombre de la organización Kinal Antzetik-DF– enfatizó que la visión occidental y de los pueblos indígenas y afromexicanos sobre el aborto son distintas, y por lo tanto no se pueden emprender acciones generales para asegurar el acceso al aborto.
Dijo que a raíz de las experiencias que han compartido jóvenes indígenas de diferentes estados del país, como Puebla o Oaxaca, se sabe que en estas comunidades el acceso al aborto está mediado por mujeres parteras, curanderas o “chamanas”, que son quienes poseen conocimientos suficientes para garantizar un procedimiento seguro.
Pero que al mismo tiempo se ven limitadas a hacerlo debido a las ideas que rodean la práctica, como el cuestionamiento que se hace de las jóvenes que buscan interrumpir su embarazo, por lo que generalmente las que presentan embarazos en comunidades indígenas y rurales deben llevar a término la gestación.
Esto se da en un contexto en el que las mujeres pobres y con menos recursos son las que enfrentan mayores obstáculos, para acceder a servicios de salud y educación, lo que al mismo tiempo representan factores de riesgo para morir por causas relacionadas con el embarazo.
Según estimaciones oficiales, las mujeres con menor acceso a la educación tienen nueve veces más posibilidades de un aborto inseguro que las mujeres con recursos económicos; al mismo tiempo que tienen menos posibilidades de acceder a anticonceptivos.
De acuerdo con Libertad Enríquez –quien no precisó las cifras–, en estas comunidades los abortos espontáneos superan a los abortos provocados, lo que se debe, principalmente, a las condiciones de marginalidad y falta de acceso a servicios de salud.
Esta falta de acceso a servicios también se traduce en que entre 900 y mil mujeres indígenas mueren cada año por condiciones prevenibles durante su embarazo, parto o puerperio.
Finalmente, la activista señaló que en la información estadística que se genera en temas de salud sexual es muy difícil identificar la etnia de las personas, lo que impide conocer la situación en la que viven estas mujeres.
“Hay retos muy importantes que atender en materia de políticas públicas, en las que el abordaje tiene que ser distinto en materia de salud sexual, pues se debe considerar la pertenencia étnica y brindar la posibilidad de decidir a las mujeres si desean acceder a servicios de salud brindados por el Estado, o si pueden ir a centros de medicina tradicional”, destacó.