Lilia TORRENTERA G.
Oaxaca.- “Padres de 45 niños abusados sexualmente por el párroco, Gerardo Silvestre Hernández, pidieron al Arzobispo, José Luis Chávez Botello su intervención quien una y otra vez, hizo caso omiso de la denuncia”, así señaló el sacerdote Apolonio Merino Hernández,
En conferencia de prensa, Merino Hernández dijo que junto a su compañero, el sacerdote Ángel Nogeda Nieto, han sido suspendidos injustamente por Chávez Botello como represalia a su exigencia para castigar actos de pederastia al interior de la iglesia católica y que fueron cometidos en 2006.
“Me tocó escuchar circunstancialmente, los testimonios de algunos menores quienes fueron ultrajados sexualmente; por lo que exijo una aclaración pronta y expedita sobre mi suspensión y de la misma manera. pido justicia y reparación del daño para las víctimas afectadas por el sacerdote Silvestre Hernández y quienes hasta hoy, no la han tenido”, expresó
Apolonio Merino Hernández con trece años de sacerdocio en diferentes comunidades marginadas de la entidad, detalló que fue apenas el siete de agosto pasado cuando recibió la sentencia del Arzobispo de Oaxaca para suspenderlo a través de lo que se conoce como un decreto canónico.
En este documento, dijo, se le hizo saber su suspensión cuyo argumento principal fue:
"El Padre Apolonio, ha protagonizado división al interior de la iglesia católica, con esta actitud que ha tomado, por no quedarse callado y que ha dañado con esa actitud a varios feligreses".
Dijo que Chávez Boltello no conforme con supenderlo de sus deberes eclesiásticos, ha ejercido violencia institucional, amenaza, intimidación, hostigamiento a través de descalificarlos públicamente como enfermo mental:
"Ha vendido la idea a la feligresía de que yo estoy enfermo mentalmente. De ser así, yo me someto a un examen médico, de los contrario solicito se subsane públicamente en mi honor y daño moral ocasionado”, expresó Merino Hernández.
Es decir, a los dos sacerdotes se les suspende por haber protegido a sus feligreses de la pedofilia de párroco Gerardo Silvestre Hernández, a quien Chávez Botello protegió a ultranza desde que se conoció públicamente el caso hace nueve años con el expediente penal de numero 140/2013.
La protección celestial al abuso sexual
Gerardo Silvestre Hernández fue acusado del abuso sexual de por los menos 45 niños indígenas desde 2006, sin embargo, el Arzobispo de la diócesis de Oaxaca, protegió al sacerdote pederasta, trasladándolo de parroquia en parroquia como las de Santiago Camotlán y San Idelfonso Villa Alta, en la Sierra y la última en San Pablo Huitzo, donde abusaba sexualmente de los menores de edad y adolescentes de las comunidades o que servían como acólitos en la iglesia.
Autoridades municipales, padres de familia y al menos diez párrocos, denunciaron, la serie de abusos que cometía Silvestre Hernández no solo ante Chávez Botello sino también hasta las autoridades del Vaticano, pero ambas instancias negaron tales acusaciones.
En 2009 los sacerdotes que en esa ocasión denunciaron el caso de pedofilia fueron perseguidos por Chávez Botello por atreverse a recurrir a la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano para que atendiera la denuncia.
Pero fue hasta febrero de 2011, que los denunciantes recibieron el oficio 463/2010-34602, desde el Palazzo del S. Uffizio, en Ciudad del Vaticano, en el que se les notificaba que no existían pruebas fehacientes para proceder en contra del sacerdote Gerardo Silvestre Hernández y daban todo su respaldo a Chávez Botello para que siguiera encubriendo la pedofilia en contra de menores y reprimiera a los sacerdotes que no acataran la complicidad de este delito con su silencio.
Así, el Vaticano entre las conclusiones de su investigación informada a los sacerdotes denunciantes se les indica:
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El pedófilo, protegido de Chávez Botello[/caption]
“Las provisiones canónicas y pastorales tomadas por S.E. Mons. José Luis Chávez Botello, al momento de recibir noticias de los posibles delitos contra menores –adjudicados al reverendo–, responden en tiempo y forma a los principios básicos de la justicia, la protección de las presuntas víctimas y la preservación del bien común de la Iglesia”.
De esta manera el Arzobispo de la diócesis de Antequera, dejo pasar tres años más para que su protegido, continuara cometiendo el abuso sexual contra menores indígenas de Oaxaca.
Sin embargo, la justicia divina no coincidió con la justicia en la tierra, por lo que el 27 de diciembre del 2013, Silvestre Hernández fue detenido por la policía estatal en la comunidad de Tlaxiaco en la Mixteca por los delitos de corrupcipon de menores y abuso sexual tras una nueva denuncia de un padre de familia de Santiago Camotlán que señaló al párroco de haber abusado de su hijo de nueve años cuando era acólito de la iglesia en esa comunidad serrana.
De ahí se desprendieron distintas denuncias como la de dos adolescentes de 19 años en San Pablo Huitzo que narraron cómo el protegido de Chávez Botello, los emborrachaba, acariciaba y les enseñaba revistas pornográficas para luego abusar de ellos cuando tenía trece años en la casa de la iglesia.
Ante el Papa Francisco. la persecución de Chávez Botello.
El párroco Merino Hernández también dio a conocer que ha comenzado a tramitar una audiencia con el Papa Francisco a fin de exponer la grave crisis que atraviesa la Iglesia en Oaxaca.
Expuso que las acciones de persecución en su contra y de sus compañeros que se atreven a denunciar delitos como la pedofilia o a levantar su voz en contra de disposiciones autoritarias, son castigadas por el Arzobispo a quien responsabilizó que cualquier agresión que pueda sufrir él o su familia.