Por: Lina Rosa Berrío Palomo y María Sarai Fabián Villa*
Cimacnoticias
Oaxaca, México.-Al igual que las parteras y las promotoras comunitarias indígenas, las intérpretes interculturales contribuyen a garantizar la atención de las mujeres indígenas monolingües que acuden en busca de atención relacionada con su salud sexual y reproductiva, especialmente durante el embarazo y parto dentro de las instituciones públicas de salud.
La reciente salida de nueve intérpretes de hospitales de segundo nivel en zonas indígenas del estado de Guerrero dejará a un número considerable de usuarias desprovistas de los servicios de salud pública, acrecentando las brechas de desigualdad y discriminación existentes en el país.
Desde 2010 la Secretaría de la Mujer de Guerrero retomó la demanda de las organizaciones sociales y la comunidad para atender la morbi-mortalidad materna, poniendo en marcha el programa “Intérpretes Interculturales para la Prevención de la Muerte Materna (MM)”, el cual buscaba favorecer la comunicación efectiva entre las mujeres y el personal de los servicios de salud, asegurando el respeto a la diversidad lingüística.
Estrategia que no sólo contribuyó a la reducción de la MM, sino también mejoró la calidad de la atención recibida por la población indígena y garantizó así sus derechos consagrados en normas nacionales e internacionales, como la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas y la propia Ley General de Salud.
El proyecto arrancó con siete intérpretes provenientes de organizaciones de mujeres indígenas en la entidad y financiadas por la Secretaría de la Mujer, para prestar sus servicios en hospitales de segundo nivel en zonas con población mayoritariamente indígena.
A partir de 2013, nuevamente por la presión de las organizaciones, el programa fue replicado por la Secretaría de Salud (Ss) del estado al asignar un presupuesto específico para ello, el cual permitiera ampliar el número de intérpretes; así como los hospitales y turnos a los cuales estaban asignados.
Hasta el pasado 10 de agosto existían en Guerrero 22 intérpretes indígenas; de las cuales 13 son contratadas por la Ss estatal mediante un recurso transferido por el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGySR) en el marco del programa de salud materna.
Las otras nueve, correspondientes a las de mayor antigüedad en el programa y con una vinculación directa a las organizaciones o comunidades indígenas, son contratadas por la Secretaría de la Mujer desde 2010.
Para el propio personal de salud, la presencia de las intérpretes ha sino una de las estrategias que más reconocen como positiva en tanto que contribuye de manera sustancial a facilitar su propia labor de comunicación, comprensión y entendimiento con la población indígena.
Las intérpretes explican y orientan a mujeres y hombres indígenas en su propia lengua, respecto a procedimientos, decisiones e información sobre salud sexual y reproductiva; acceso a servicios de planificación familiar; apoyo en casos de complicaciones; emergencias obstétricas; abortos; violaciones; procedimientos quirúrgicos requeridos como cesáreas cuando son necesarias; trámites y gestiones al interior de los servicios; acompañamiento durante el trabajo de parto, y explicaciones amplias a las mujeres y sus familias respecto a la atención que se les brindará.
La Secretaría de la Mujer de Guerrero estima que en 2014 alrededor de 3 mil 500 mujeres y hombres fueron auxiliados por las intérpretes indígenas, para recibir atención del personal de salud pública.
Es fundamental reconocer el papel jugado por la Secretaría de la Mujer de Guerrero al implementar desde 2010 este programa, junto con otro de fortalecimiento a las redes de parteras y promotoras comunitarias indígenas en las zonas Montaña, Costa Chica y Centro, el cual desapareció por falta de recursos a partir de 2013.
Hoy esta iniciativa de intérpretes también se cierra por el cambio de gobierno estatal previsto en Guerrero para octubre próximo.
Esta situación no sólo se presenta en dicha dependencia, sino también en otras donde ya no se están renovando contratos que se vencen hasta que no llegue el nuevo gobierno, o se están cancelando de manera anticipada como en este caso.
Lo anterior nos muestra la clara fragilidad institucional de iniciativas como ésta y los costos que tienen para la población, procesos políticos de cambios gubernamentales, tanto en esta entidad como en el resto del país.
Programas que se finalizan aunque estén dando buenos resultados; contratos que no se renuevan aunque se requieran los prestadores; licitaciones que se paralizan durante meses afectando las condiciones de salud de la población, como ocurre en el caso de medicamentos, estrategias que se clausuran, y avances en participación social que se desvanecen de un plumazo.
Hoy el llamado desde las organizaciones civiles, del personal de salud directamente vinculado a la atención en los hospitales y desde los pueblos indígenas, es a mantener iniciativas de esta naturaleza y a asumirlas desde el propio sector salud garantizando presupuesto amplio para ellos, continuidad en su implementación y en el tipo de personas contratadas para ello, así como ampliar la presencia a otros hospitales donde aún no se cuenta con este servicio.
Esta es una deuda pendiente del Estado mexicano con los pueblos indígenas en todo el país.
*Integrantes de Kinal Antzetik Distrito Federal.
**Kinal Antzetik es parte de la Coalición por la Salud de las Mujeres, una red de organizaciones civiles con trabajo en salud y derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.