Ciudadania Express
Domingo 12 de julio, 2015. 11:30 am

Almoloya, La fuga imposible

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Juan Sosa  Maldonado

Oaxaca, México.-La noticia de la segunda fuga del “Chapo” Guzmán, del primer penal de máxima seguridad en México se expande por el mundo. Sin embargo, quienes hemos conocido dicha prisión, sabemos que fugarse es imposible si no hay un acuerdo con los más altos niveles políticos y económicos, incluso más allá de las fronteras mexicanas.

La fuga ha sido planeada hasta el mínimo detalle, considerando el fin de semana y el viaje de Peña Nieto y sus caros acompañantes a Francia. En México no pasa nada, los gobernantes están chapocomboacostumbrados a poner cara de palo ante este tipo de situaciones y otras más graves. Ya saldrán las autoridades a dar explicaciones increíbles, pero al fin, tienen el control de medios e incluso eso ha sido debidamente planeado. Los acuerdos con los narcotraficantes e integrantes del crimen organizado no son nada nuevo en México, como se recordará la primer “fuga” del “Chapo” fue en 2001 durante el Gobierno de Vicente Fox. En Oaxaca, los acuerdos del priismo con el cartel de los Díaz Parada se conocen desde hace décadas, estos acuerdos han incluido a las estructuras locales del ejército mexicano para la siembra y trasiego de enervantes y drogas más pesadas, principalmente cocaína. A nivel regional tienen el control político y económico incluidas presidencias municipales, la explotación de arena y grava en el río de Totolapan y el control de negocios en la mina de San José de Gracia,Totolapan.

Pactaron con Ulises Ruiz Ortiz para la creación de la Sección 59 del Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación, su fortalecimiento y protección en zonas de influencia como Matatlán, Mitla y San Pedro Totolapan.

Algo salió mal porque a Luis Díaz Pantoja se le había asegurado una diputación plurinominal por el PANAL, pero lo detuvieron antes junto con sus hermanos, casualidad, los acusan de narcotraficantes. Finalmente, Jefté Méndez se quedó con la suplencia.

En Santa María Zoquitlán se hicieron del poder a través del sobrino de Eugenio Jesús Díaz Parada, Marino Parada Barriga.

Los gobernantes son responsables de brindar impunidad ante sus innumerables crímenes, son cómplices del dolor y la muerte que siembra el narco, el crimen organizado.
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