Oaxaca.-México se ubica dentro de los países más desiguales del mundo,refiere una investigación del organismo internacional Oxfam, elaborada por el economista Gerardo Esquivel Hernández. El autor arroja que 1% de la población nacional posee 43% de toda la riqueza del país.
La investigación “Desigualdad Extrema” -realizada por primera vez- concluye que el vínculo entre la desigualdad y la pobreza condiciona el futuro y crecimiento económico de los mexicanos. Al presentar el documento, Esquivel Hernández, profesor e investigador en el Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México, detalló que una cuarta parte de países del mundo tienen los niveles más altos de desigualdad, entre ellos está México .
Recordó que junto con Chile, la República Mexicana es uno de los dos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) más desiguales.
El informe indica que la desigualdad ha frenado el potencial del capital físico, social y humano de la nación. Asimismo, destaca que la marginación y desigualdad pueden jugar un rol importante en el aumento de violencia en el país.
La investigación exhibe que mientras México es la décimocuarta economía del mundo, hay 53.3 millones de personas que viven en situación de pobreza y 17 millones que no alcanzan la canasta básica.
Esta pesquisa recoge resultados de otros índices y trabajos, a través de ellos expone que, entre mediados de los 90 y el 2010, disminuyó significativamente la desigualdad en el ingreso en México y que, con base en datos de la OCDE, en el 2012, la magnitud de la desigualdad en territorio nacional es mayor de lo que era a principios de los 80.
A la par que el PIB creció menos de 1% anual, la fortuna de los 16 mexicanos más ricos se multiplicó por cinco. Al tomar en cuenta a los cuatro principales multimillonarios, Esquivel advierte que el rendimiento real de su riqueza es alrededor de un tercio del ingreso acumulado por casi 20 millones de ciudadanos.
La fortuna de Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego representa 9% del PIB. Los cuatro empresarios se hicieron de su fortuna con sectores privatizados, concesionados y/o regulados por el sector público.
El investigador advierte que en su calidad de empresarios multimillonarios, a quienes el Estado constantemente supervisa o regula, es de su total interés el intervenir en los instrumentos u organismos que se encargan de la regulación, supervisión y vigilancia; es decir “de capturar políticamente al Estado mexicano”.
En el apartado de desigualdad, marginación y violencia, el investigador destaca que por cada 100,000 habitantes, el número de homicidios aumentó de 9.3 a 19.8 en el 2011, aunque después cayó a alrededor de 15 en el 2014.
El aumento generalizado de la violencia en el país se explica, en parte, por la guerra en contra del crimen organizado iniciada durante el sexenio del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, sin embargo, existe evidencia que relaciona la desigualdad con estas acciones agresivas.
Un reciente estudio de Ted Namorado, realizado en el 2014, muestra que la desigualdad ha jugado un papel importante en el aumento de violencia en México en años recientes. Las indagaciones arrojan que un aumento de 1 punto porcentual en el Coeficiente Gini a nivel municipal se asocia con un aumento de cinco muertes por cada 100,000 habitantes.
“México ejemplifica varios de los problemas graves de la desigualdad y sus consecuencias nefastas: no sólo sobre el desarrollo económico, sino el sistema político y sobre la misma capacidad de resolver los problemas asociados con la pobreza y la desigualdad. México es un paradigma de cómo la desigualdad afecta al conjunto de la sociedad”, advirtió Juan Alberto Fuentes, presidente de Oxfam
Entre Noticias/Agencias