*Las mujeres en Oaxaca representan sólo el 22% del total de ejidatarios y comuneros.
Oaxaca, México.-A pesar del papel preponderante que juegan las mujeres en la agricultura y la economía campesina, su acceso a la tierra y los recursos naturales está muy limitado, afirma la titular del Instituto de la Mujer Oaxaqueña (IMO), Anabel López Sánchez en el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena.
Las mujeres en Oaxaca representan el 22% del total de ejidatarios y comuneros, porcentaje menor al promedio nacional que es del 25.8%. De igual forma, en las categorías agrarias de posesionarias y avecindadas, mantienen una menor proporción frente a los hombres: 24% para las posesionarias; y 35% para avecindadas.
En tanto que de las 354 mil unidades de producción en el Estado sólo 63 mil (18%) se encuentran registradas por el INEGI a cargo de mujeres, señaló la funcionaria. Los principales mecanismos de acceso a la tierra por parte de las mujeres son: la herencia (sucesión de derechos); el reconocimiento por parte del núcleo agrario a través de la asamblea y la compra del derecho. En los dos primeros casos la asignación de derechos agrarios está ligada a las normas consuetudinarias, las creencias religiosas y las prácticas sociales dominantes.
De acuerdo con datos del INEGI, al momento de pensar en heredar sus derechos agrarios, en su mayoría los posesionarios lo destinarían al hijo varón (48%), el 37% decide por la esposa, 8% a la hija, 3% a otra persona, 3% no ha decidido y el1% al padre.
Las mujeres enfrentan dificultades para la compra de derechos sobre las tierras por la falta de recursos propios y por el hecho de que no suelen ser sujetas de crédito a intereses blandos en la banca formal.
Sólo existe un programa denominado Apoyo a la Productividad de Futuras Empresas Rurales, que incide en el acceso de las mujeres jóvenes a la propiedad de la tierra, toda vez que en su tercera etapa de apoyo contempla la opción a compra de derechos parcelarios.
Sin embargo, este programa no es exclusivo para mujeres y se acota a jóvenes de con edades entre 18 y 39 años, de los a núcleos agrarios que estén considerados dentro de las Zonas de Atención Prioritarias; que se encuentren certificados, que no tengan conflictos agrarios; que tengan potencial productivo y viabilidad para implementar un proyecto agroempresarial, lo cual margina a una gran cantidad de mujeres indígenas.
La titular del IMO lamenta que las causas de la exclusión de la mujer de los procesos de toma de decisiones están en estrecha relación con su papel reproductivo a ellas asignado, así como a las carga de trabajo del hogar, que representan una parte importante de su tiempo.
En este contexto, afirma López Sánchez, el IMO trabaja en la implementación de mecanismos y políticas públicas que propicien la participación de las mujeres indígenas en los espacios de decisión a nivel comunitario, municipal y estatal.
Además busca construir acuerdos de cooperación institucional con dependencias del gobierno federal como la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, la Procuraduría Agraria y el Registro Agrario Nacional, a fin de impulsar la autonomía económica de las mujeres indígenas, y promover el reconocimiento y ejercicio de sus derechos que contemplan las legislaciones locales nacionales y los tratados internacionales.
Finalmente Anabel López Sánchez considera que de no implementar medidas afirmativas a favor de las mujeres, existen pocas posibilidades de reducir las brechas existentes entre hombres y mujeres en materia de derechos agrarios.