Oaxaca, México.- Alfredo Bazán nació en la Estancia, Coixtlahuaca, lugar en el que transcurrió su infancia y parte de su juventud bajo los cuidados de su abuelo de quien aprendió del trazo para hacer muebles e madera.   Las imágenes de su terruño impresas en la memoria son fuente de inspiración; en su obra abundan los paisajes, colores y tonalidades con los que recrea la casa familiar y lo cotidiano de las escenas campestres que viven entre los ágiles movimientos de cabras, caballos y toros; su pintura se colorea con las estaciones del año, se recrea en las formas de las rocas, las siluetas del agua corriendo en el cauce del rio, los coloridos plumajes de los pájaros. Un artista autodidacta que aprendió a pintar guiándose en revistas y libros sobre el tema y en las visitas a museos y galerías en su obra identificaremos un marcado estilo del paisajismo de José María Velasco; el movimiento humano de Francisco de Sorolla y la difuminación de los colores, de William Turner. La serie “Nostalgias”, conformada por 30 óleos sobre tela, será inaugurada este viernes 6 de marzo a las 7 de la noche en la Galería Rufino Tamayo de la Casa de la Cultura Oaxaqueña y podrá visitarse hasta el 6 de abril; una inigualable oportunidad de reencontrarnos con el colorido y la nostalgia de la vida rural de nuestro país, especialmente con los matices el campo oaxaqueño que son escenario de historias personales, de vida comunitaria y de identidad cultural.